.Orlando
Guevara Núñez
Aquí,
junto a nosotros, están la obra, las
enseñanzas, las ideas y el ejemplo de Fidel. Sus palabras precisas en el momento
preciso. Las frases de aliento ante las adversidades. Sus convocatorias con
fuerza de programa.
Desde
antes del triunfo de la Revolución ha sido así. Cuando nadie o pocos creían en
la victoria, él la vislumbraba.
En
el juicio por los hechos del 26 de julio de 1953, preso, con el dolor del revés militar y la muerte de sus
compañeros, rodeado de soldados con bayonetas, con la certeza de una larga
condena, nos legó una afirmación para muchos utópica: Condenadme, no importa,
la historia me absolverá. Y la historia lo absolvió.
Ya
en el exilio en México, con pocos recursos, enfrentando hostilidad, presidio e intentos de asesinato dirigidos
por la tiranía batistiana, cuando pocos lo creían posible, su prédica fue
concluyente En el 56 seremos libres o seremos mártires. Era el compromiso
de regresar a Cuba para reiniciar la lucha armada. Y
regresó.
En
medio del peligro que representaba la travesía, Fidel no vaciló en afirmar:
Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo. Y salió, llegó,
entró y triunfó.
Tres
días después del desembarco se produjo la derrota de Alegría de Pío. A partir de
entonces, dispersión en varios grupos, tres muertos en combate y 18
asesinados; 22 expedicionarios fueron
hechos prisioneros después de la matanza, 21 evadieron el cerco y escaparon, y
sólo 18 lograrían sumarse después a la guerrilla. De nuevo la grandeza de Fidel
y su espíritu invencible, cuando contaba solo con 8 hombres y siete fusiles:
¡Ahora sí ganamos la guerra! Y ganó la guerra
Después,
en la paz, las palabras de Fidel nos han alentado en momentos muy difíciles y
han guiado nuestra acción de pueblo. En el pueblo hay muchos Camilos, no
dijo cuando la pèrdida del Señor de la Vanguardia;
¡Queremos
que sean como el Che!
afirmó sobre nuestros hijos, al caer el Guerrillero Heroico. Y hoy nuestros
pioneros siguen ese legado.
Cuando
el sabotaje al vapor La Coubre, ante el dolor por la muerte de un centenar de
cubanos, surgió, con vigencia para el presente y el futuro, la consigna de
¡Patria o Muerte!, a la cual, en junio de ese propio 1960, Fidel le
agregó el ¡Venceremos! Hoy somos
un pueblo de ¡Patria o Muerte! que ha vencido, sigue venciendo y
vencerá.
Ante
la inminencia de la invasión mercenaria de Playa Girón, Fidel proclamó el
carácter patriótico, democrático y socialista de la Revolución de los humildes,
por los humildes y para los humildes. La misma Revolución y el mismo socialismo
que seguimos construyendo y defendiendo.
En
octubre de 1962, cuando los cubanos estuvimos bajo la amenaza de un holocausto
nuclear, Fidel nos dijo que ahora, más que nunca, se sentía orgulloso de ser
hijo de este pueblo. Y cuando se conoció la decisión soviética de retirar los
cohetes aquí instalados, sentenció que nosotros tenemos misiles morales de largo
alcance que no podrán ser desmantelados
jamás.
Recordamos
el desastre del ciclón Flora, que en octubre de 1963 causó la muerte de 1 137
cubanos y destruyó muchos bienes materiales. Ante el abatimiento de muchos,
surgió la afirmación de Fidel, convertida desde entonces en objetivo de todos:
¡Reconstruiremos lo perdido y haremos mucho más” Y se hizo.
Así,
decir Cuba, Patria, Revolución y Socialismo, es decir Fidel. Y su nombre
simboliza esos conceptos.
Un
día nos dijo que ser internacionalistas era saldar nuestra propia deuda con la
humanidad. Y los cubanos hemos sido dignos cumplidores de ese
principio.
Fidel
ha sido adalid no solo por la causa de su pueblo. Su pensamiento y acción
han trascendido fronteras y se han insertado en el corazón de millones de
personas en el mundo.
Con
su extraordinaria visión sobre los procesos políticos, económicos y sociales, a
escala universal, Fidel ha hecho
afirmaciones que la historia ha confirmado y aún hoy asombran a muchos. Su
estatura es inmedible.
“Fidel es como
el Martí de hoy, el Maceo de hoy, el Mella de hoy. No me refiero a las
personalidades que siempre son únicas e irrepetibles, por lo que carecen de
sentido las comparaciones; hablo del papel que le ha tocado desempeñar en los
últimos 50 años. Ha sabido aprender de nuestra historia y actuar con similar
talento político y capacidad organizativa que el artífice del Partido
Revolucionario Cubano y la Guerra Necesaria; rescatar para estos tiempos,
también difíciles, peligrosos y complejos, la intransigencia de Baraguá y el
genio militar del Titán de Bronce; trasladar a las actuales circunstancias las ideas avanzadas y el dinamismo del
fundador de la FEU y del primer partido
marxista-leninista”.
Tal afirmación
corresponde al General de Ejército Raúl Castro, en entrevista realizada por el
Teniente Coronel Jorge Martin Blandino, con motivo del aniversario 45 del
desembarco del Granma.
Con
mucha razón, sobre la capacidad de análisis del Comandante en Jefe, afirmó el presidente
de la República Argelina Democrática y Popular, Abdelaziz
Buteflika
:“Fidel viaja al futuro, regresa y lo explica”. Reconociendo esa cualidad,
nuestro Canciller de la Dignidad, Raúl Roa García, aseveró que “Fidel oye la
yerba crecer y ve lo que está pasando al doblar de la
esquina”.
Un
destacado periodista amigo de Cuba, Ignacio Ramonet, declaró que “Contando su
herencia de Martí y sin compararlo, no ha habido un líder así desde Bolívar- hay
que decirlo sin tener miedo a las palabras- que haya pensado en conjunto la
dinámica política del continente como Fidel lo ha hecho todos estos
años”
Otro
de los amigos de la Revolución, Tomás Borges, sandinista ya fallecido, dijo
que “José Martí muere en combate y marca
para siempre la conducta de Fidel Castro. Fidel es como Martí renacido,
resucitado (…) Esa capacidad de ver más
allá del horizonte es una característica particular de Fidel Castro. Fidel ve
más allá de la mente”.
Así
es nuestro Fidel de ayer, de hoy y de siempre. Un día en una entrevista, le
pregunté al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque sobre la figura de
Fidel, y en la respuesta, cinco palabras definieron su criterio: “Se me
fue de tamaño”. Y el Che, en otras cinco, lo retrató en toda su dimensión: Ardiente
profeta de la Aurora.
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