miércoles, 4 de marzo de 2015

La democracia que tenemos y queremos



.Orlando Guevara Núñez

Anoche, 3  de marzo, los vecinos de mi cuadra nos reunimos para ejercer uno de los derechos que nos ofrece el sistema electoral cubano: elegir a los candidatos a Delegados de nuestra circunscripción. Como es característica en este proceso, ni postulaciones previas de alguien, ni auto postulaciones.
La decisión de los electores es soberana. Todos los electores con derecho al voto pueden ser propuestos y electos, sin distinción de su posición económica, social, sexo, credo, color. La masa es quien propone y elige.
Elegimos a nuestro candidato. Ahora, otras áreas harán lo mismo. Luego iremos a las elecciones, con un mínimo de dos candidatos para elegir a nuestro Delegado, es decir, a nuestro representante en la Asamblea Municipal del Poder Popular. Lo haremos mediante el voto directo y secreto.
Quien resulte electo, tendrá derecho a ser nominado y elegido en otros niveles de la provincia y del país.
El caso de nuestra circunscripción es una reafirmación de esa verdad. Una de nuestras delegadas, Julia Mustelier Mustelier,  enfermera, llegó a ser integrante de la Asamblea Provincial del Poder Popular y Diputada a la Asamblea Nacional. Otro delegado, Bartolo González Ramírez, también fue electo para la Asamblea Provincial y durante dos mandatos fue Diputado. Una tercera delegada, Juana Montero Pérez, también fue electa como integrante de la Asamblea Provincial.
Todos ocuparon esos cargos por sus meritos. Ninguno aspiró a ocuparlos, pero el pueblo, reconociéndolos entre los mejores y más capaces, los elevó a esos sitiales.
Así, mientras que en diversas partes del mundo, en países auto nombrados democráticos, la nominación electoral la hacen los partidos políticos y son escogidos, como condición, los poseedores de grandes riquezas, los cubanos escogemos a quienes mejor puedan representarnos en los niveles de gobierno del cual somos una parte activa.
El Delegado que elijamos en las próximas elecciones, nos rendirá cuenta periódicamente de su gestión. Y estamos en el derecho, si no cumpliera el mandato que le otorgamos, de sustituirlo. Esa es nuestra democracia. La que tenemos y queremos.

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