martes, 5 de marzo de 2019

Patria es eso, equidad, respeto a todas las opiniones y consuelo al triste




Orlando Guevara Núñez
No aparece consignada  la fecha, ni el nombre del amigo a quien José Martí dirigiría esta carta. El escrito aparece en el Cuaderno de Apuntes . Se aclara que el blog de notas que lo contiene, es de 1892-1894. Parece, por eso, enmarcarse en ese período la escritura.
Comienza hablando de ganar un alma, consolar un alma, y proponiendo haya menos palmas y más almas. “Yo quiero consolar al triste, enseñarle al confuso lo que hay de verdadero en su doctrina, y no lo que hay de ira y soberbia, y mucho amor de sí. Yo quiero que el rico vea y entienda la amargura toda, y la amargura raíz de la vida del pobre, y en cuanto el pobre lo es por la injusticia natural, o lo es por la injusticia o la ignorancia humanas”
Se afilia Martí, en este caso, a las penas de los pobres. Y es cuando afirma lo que es patria, refiriéndose a la equidad, el respeto a las opiniones y el consuelo al triste. ¿Por qué no sentirlo-dice- mientras haya en el mundo pena, mientras haya injusticia en mi patria?
Pensando en esa realidad, afirma que “Morir no es nada, morir es vivir, morir es sembrar. El que muere, si muere donde debe, sirve. Cita el ejemplo de que ¿quién vive más en Cuba que Céspedes y Agramonte?  En su prédica, aconseja: Vale, y vivirás. Sirve y vivirás.  Ama y vivirás. Despídete de ti mismo y vivirás. Cae bien y te levantarás (…)
Con una metáfora expresa un hondo sentimiento de amor: “Hay que poner hospital de almas como se pone hospital de cuerpos” Planteó curar la enfermedad con la mayor ternura, advirtiendo que no por eso hay que dejar de ponerle nombre a la enfermedad. Y califica de infame a quien lastima a la patria cuando ésta se levanta.

lunes, 4 de marzo de 2019

4 de marzo de 1960: ante el crimen yanqui ¡Patria o Muerte!




.Orlando Guevara Núñez

La noticia recorrió Cuba desde uno a otro extremo. Había explotado un barco francés en La Habana. Más de un centenar de muertos. Numerosos heridos. Dolor de pueblo. La nave marítima venía cargada de armas, compradas a Bélgica, para ser entregadas al pueblo con el objetivo de defender su soberanía, amenazada por el imperialismo norteamericano.
La CIA y su gobierno no podían permitir que esas armas llegaran a manos de los obreros, de los campesinos, estudiantes, del pueblo uniformado. Y por eso ejecutaron el crimen. No se escondían para proferir amenazas. Pero sobrevaloraron  su fuerza y subvaloraron la de los cubanos.
En el entierro de las víctimas de ese día, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro advertiría a los agresores:
¿Es que piensan desembarcar —me pregunto—, o es que piensan intimidar?  ¿Es que se nos quiere asustar?  ¿Es que se quiere hacer ver que en cualquier momento podemos ser invadidos?, ya que hay voceros que hablan de las cosas posibles, y entre las cosas posibles hablan de desembarcos aquí.
¿Quién dijo que desembarca aquí nadie?  ¿Y quién dijo que aquí se puede desembarcar tranquilamente?  Y por lo pronto, entre las cosas probables —que es bueno decir un día como hoy, porque en realidad estamos ya los cubanos bastante grandecitos en materia de patriotismo y en materia de civismo para que vayan a usarse contra nosotros esas insinuaciones— y entre las cosas posibles de que se habla, permítaseme decir que nos sentimos sencillamente admirados cuando con esa tranquilidad dicen enviar aquí, entre las cosas posibles la Infantería de Marina, ¡como si nosotros no contáramos para nada, como si en caso de esa eventualidad los cubanos nos fuéramos a quedar cruzados de brazos, como si los cubanos no fuéramos a resistir cualquier desembarco aquí, de cualquier tropa que intente doblegar a nuestro pueblo!
La advertencia fue aún más precisa: “Digamos de una vez que nosotros no le tenemos miedo a ninguna tropa de desembarco en este país, que nosotros no esperaremos un segundo en tomar nuestros fusiles y en ocupar nuestros puestos, sin pestañear y sin vacilar ante cualquier tropa extranjera que desembarque en este país; que nosotros, es decir, el pueblo cubano, sus obreros, sus campesinos, sus estudiantes, sus mujeres, sus jóvenes, sus ancianos, hasta sus niños, no vacilarán en ocupar sus puestos tranquilamente, sin inmutarse y sin pestañear siquiera, el día que cualquier fuerza extranjera ose desembarcar en nuestras playas, venga por barco o venga en paracaídas, o venga en avión, o venga como venga y vengan cuantos vengan”.
“Ojalá los que perturbados en el más elemental sentido común se atreven a considerar como posible cualquier género de invasión a nuestro suelo, comprendan la monstruosidad de su equivocación, porque nos ahorraríamos muchos sacrificios.  Mas si ello ocurriera, por desgracia, pero sobre todo para desgracia de los que nos agredieran, que no les quede duda de que aquí en esta tierra que se llama Cuba, aquí en medio de este pueblo que se llama cubano, habrá que luchar contra nosotros mientras nos quede una gota de sangre, habrá que pelear contra nosotros mientras nos quede un átomo de vida!”
Y la historia confirmó las palabras de Fidel, con rúbrica de pueblo. Poco más de un año después del sabotaje de La Coubre, desembarcó por Playa Girón una invasión mercenaria organizada, entrenada, armada y dirigida por el gobierno de los Estados Unidos, con el fin de destruir a la Revolución. Pero el pueblo cubano, con Fidel al frente, necesitó menos de 72 horas para pulverizarla. La potencia más grande y agresora del mundo, recibía, así, su primera derrota militar en América.
A partir de entonces, al decir de Fidel, los pueblos de América serían un poco más libres. En aquel memorable discurso, señalaría nuestro Comandante en Jefe:
“Y no solo que sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria:  la de la libertad o la muerte.  Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria.  Y la disyuntiva nuestra sería patria o muerte”.
Así nació la consigna de ¡Patria o Muerte! que identifica hoy al pueblo cubano.
Aún vibran en nuestra conciencia, las sentidas palabras de despedida de aquel día a nuestros hermanos asesinados por la barbarie yanqui:
“Y así, al despedir a los caídos de hoy, a esos soldados y a esos obreros, no tengo otra idea, para decirles adiós, sino la idea que simboliza esta lucha y simboliza lo que es hoy nuestro pueblo:  ¡Descansen juntos en paz!  Juntos obreros y soldados, juntos en sus tumbas, como juntos lucharon, como juntos murieron y como juntos estamos dispuestos a morir”.
“Y al despedirlos, en el umbral del cementerio, una promesa, que más que promesa de hoy es promesa de ayer y de siempre: ¡Cuba no se acobardará, Cuba no retrocederá; la Revolución no se detendrá, la Revolución no retrocederá, la Revolución seguirá adelante victoriosamente, la Revolución continuará inquebrantable su marcha!
“Y esa es nuestra promesa no a los que han muerto, porque morir por la patria es vivir, sino a los compañeros que llevaremos siempre en el recuerdo como algo nuestro; y no en el recuerdo en el corazón de un hombre, o de hombres, sino en el recuerdo único que no puede borrarse nunca: el recuerdo en el corazón de un pueblo”.

domingo, 3 de marzo de 2019

Estados Unidos, su única barrera de contención: la razón y la dignidad de los pueblos




.Orlando Guevara Núñez
El gobierno norteamericano sigue amenazando al hermano pueblo de Venezuela. Su  prepotencia no tiene límites, ni tampoco la ética y el respeto a las normas internacionales sobre la independencia y autodeterminación de las naciones.
Con el mayor cinismo, proclama que defenderá al impostor, al fracasado payaso que se auto tituló presidente venezolano. Está claro que ese guión fue elaborado en Estados Unidos, encargado de completar el elenco del circo con pésimos actuantes, con la triste misión de repetir lo que les escribieron, desde su camerino de Lima.  
Para la insolencia yanqui parece no existir fronteras. Ni siquiera la falta de apoyo en la OEA, ni en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha  aplacado el propósito  de aplastar a la Revolución bolivariana. Después del fracaso en la frontera con Colombia, se buscan otros pretextos y apoyo para la anunciada posibilidad de la invasión.
La historia ha demostrado que este tipo de agresores, solo aprende a fuerza de golpes, y cuando los reveses les resultan demasiado costosos. Venezuela es un pueblo pacífico, que desea trabajar en paz, pero está dispuesto a defenderse. Y lo haría, trayendo a la realidad una definición martiana sobre el destino de los agresores frente a los pueblos de América:
“El tigre espera, detrás de cada árbol, acurrucado en cada esquina. Morirá, con las zarpas al aire, echando llamas por los ojos”.
Sería un hecho doloroso que la única barrera de contención sea esa. Pero si fuese así, sería una barrera infranqueable. Valdría la pena que a todas las opciones planteadas por el presidente norteamericano, se sume la de respetar a Venezuela. Y que los gobernantes yanquis entiendan que su prepotencia y arbitrariedad, no podrán nunca  doblegar la razón y la dignidad de los pueblos.

sábado, 2 de marzo de 2019

No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos, o un hombre de su tiempo







 .Orlando Guevara Núñez
Es éste uno de los pensamientos martianos que no fue encontrado como parte de un texto. Aparece en el Cuaderno 4 de Apuntes. El block en el que fue escrito, tiene fecha 1878-1880.  
Similar criterio aparece en otros muchos momentos de la obra de nuestro Apóstol. Haber servido bien, haber dejado una huella, un ejemplo o un camino trazado.
Él sigue viviendo porque fue un hombre de su tiempo y un hombre de todos los tiempos. Un hombre no solo cubano y de su América querida y soñada. Un hombre universal.

viernes, 1 de marzo de 2019

Comenzaron en Santiago de Cuba actividades por el Día de la Prensa cubana




.Orlando Guevara Núñez
La jornada de homenaje a los trabajadores de la prensa , comenzó hoy en Santiago de Cuba y se extenderá hasta el próximo 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana, fecha escogida  por marcar esa fecha, en 1892, la fundación del periódico Patria, creado por nuestro Héroe Nacional, José Martí, en Estados Unidos.
Una nutrida representación de profesionales de este sector, se dieron cita en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, donde rindieron tributo al Comandante en Jefe Fidel Castro, a Mariana Grajales, Madre de la Patria; a Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, y José Martí.
Aquí, justo al lado del Mausoleo martiano, la presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) felicitó a los trabajadores de la prensa de este territorio por su sostenida labor informativa y educativa al servicio de nuestro pueblo.
En la mañana fue inaugurado el  Taller Nacional “De Martí a Fidel: la prensa, con sede en la Casa de la Prensa, que continuará su sesión mañana  con el trabajo en comisiones que analizarán los trabajos presentados, y concluirá el domingo con las premiaciones.
   Entre los días del 4 al 7 de marzo, tendrán lugar diversas actividades en los nueve municipios santiagueros, con participación de periodistas en lugares públicos, en encuentros con la población.              
La Casa de la Prensa, acogerá el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a una representación de las mujeres periodistas, para un intercambio sobre su quehacer, mientras que el día 9 se desarrollará, a las 10:00 de la mañana, en la céntrica Plaza de Marte, el festival Prensa Pública, Prensa del Pueblo, con la participación de profesionales destacados de los medios de comunicación de la provincia.
Las actividades concluirán, con el Acto Provincial, el 14 de marzo.