Los derechos humanos y los humanos sin derechos
.Orlando Guevara Núñez
El disfrute de los derechos humanos, para todo el mundo, fue proclamado por la ONU el 10 de diciembre de 1948.. Pero hoy vemos como, en diversas partes del Universo, estos derechos son violados, sin que la propia ONU sea capaz de frenar esas violaciones.
Ahí está el genocidio israelí contra Palestina, como el mayor exponente de ese mal. Y ahí está el gobierno imperialista de los Estados Unidos apoyando y financiando ese crimen. Asesinos y cómplices gozan de la mayor impunidad, siguen siendo miembros de la ONU, mientras este organismo no es capaz de salir de las frías e infructuosas declaraciones, pidiendo una justicia que nunca llega.
Ahí está el imperio yanqui, el mismo que, invocando los derechos humanos, es el mayor responsable de que existan en el mundo tantos millones de humanos sin derechos. Ahí están el criminal bloqueo a Cuba, la amenaza de agresión al hermano pueblo de Venezuela y a otras naciones soberanas.
En Estados Unidos hay un presidente que, por las leyes de esa nación, debía estar encerrado en una prisión. Ahí está, violando los derechos humanos de millones de inmigrantes, sancionando a quienes defienden sus derechos y dando libertad a los delincuentes, en descarada violación de su propia Constitución.
Cuba es un ejemplo de respeto a los derechos humanos de su pueblo. De respeto al mayor de esos derechos, que es el de la vida. Del derecho a la educación, al trabajo, a la dignidad, al respeto, a vivir en paz, a discutir y aprobar las leyes que rigen su vida. Ese es uno de los grandes temores que representa Cuba para los gobiernos de los Estados Unidos.
Hoy, a través de las redes sociales, a diario aparecen repugnantes mentiras que tratan de restar credibilidad al socialismo en Cuba. Buscan confundir al pueblo, dividirlo, enfrentarlo al gobierno, como vía de poder vencerlo y regresarlo al capitalismo salvaje que sufrimos antes de 1959 y que aquí forma parte de un pasado que jamás podrá volver.
Uno de los más grandes embustes propagados por el gobierno norteamericano y respaldado por mercenarios externos e internos, es la calificación de Cuba como gobierno fallido y con igual condición al sistema social socialista.
La realidad se encarga del desmentido. En el mundo capitalista que ellos defienden y pintan como bueno, existen casi 800 millones de jóvenes y adultos que no logran conseguir un empleo, mientras que 138 millones de niños y niñas tienen que trabajar, muchas veces en condiciones de esclavitud; unas 200 mil mujeres mueren cada año en el momento supuesto para ellas el más feliz, el del parto, al tiempo que unos 5 millones infantes, en igual período, mueren de enfermedades curables antes de cumplir los cinco años de vida. Muchos no llegan siquiera a estrenar sus nombres. En ese mundo mueren cada año unas tres millones de personas por el consumo de drogas, siendo Estados Unidos el líder en el averaje de ese consumo.
Y un dato curioso: el país conocido como el más rico del mundo es, a la vez, el de una mayor deuda pública a igual escala. Y otro aún más revelador: este país, prepotente, que califica al socialismo como sistema fallido, tiene una deuda de millones de millones, nada menos que con China, país socialista.
El socialismo trabaja para el bien de todos. Y lo hace con el esfuerzo de todos. El capitalismo propicia que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más, pobres. Con ese fin, se basan en el despojo, en la explotación, provocan guerras, intimidan, roban. ¿Cuál de los dos sistemas merece el título de fallido?
Con esas realidades, sigan el imperio y sus peones atacando a la Revolución y al socialismo. Cuba, con el bloqueo recrudecido, seguirá su marcha indetenible, con su inclaaudicable vocación patriótica, humanista, socialista se basan en el despojo, internacionalista y antiimperialista.
Valga, por esas razones, continuar defendiendo nuestro derecho a existir como nación libre y soberana, dueños de nuestros derechos humanos. Dueños de nuestro ayer, de nuestro hoy y de nuestro mañana.
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