viernes, 18 de diciembre de 2020

Fidel y Raúl: Dos abrazos simbólicos en una misma fecha

Orlando Guevara Núñez

A medida que transcurrían los últimos días de diciembre de 1958, el avance de las tropas rebeldes se hacía indetenible. Se combatía en todos los escenarios.  Para el enemigo no existía seguridad ni en sus propias madrigueras.

En la parte oriental, los Frentes  Primero, al mando de Fidel, Segundo, bajo la jefatura de Raúl y Tercero, con Almeida como jefe, batían sin tregua al enemigo. El cerco sobre Santiago de Cuba se estrechaba cada vez más. Decrecía la moral combativa del ejército batistiano y crecían la moral del Ejército Rebelde y el apoyo popular a la lucha guerrillera..

 En el centro del país, las Columnas Invasoras de Camilo y el Che cumplían con éxito su misión de no permitir el paso de refuerzos enemigos hacia la región oriental, y continuar su avance hacia el Occidente, mientras que en el Norte de Oriente y los límites de Camagüey, el Cuarto  Frente Simón Bolívar cortaba también el paso al ejército batistiano.

En su libro La Sierra Maestra y más allá, el Comandante de la Revolución, Juan Almeida Bosque, plasmó sus memorias sobre el histórico 18 de diciembre, en la Comandancia Central de La Rinconada.

“Volvemos a La Rinconada, a una reunión para ultimar planes para la ofensiva final ante el tambaleo del régimen. Están presentes todos los representantes del Movimiento 26 de Julio en el país que pudieron  asistir. Vemos a Raúl después de su largo abrazo con Fidel, tras nueve meses de su salida de La Pata de la Mesa. En su zona ha dejado un frente consolidado y realiza una ofensiva arrolladora. Viene acompañado de Vilma y Piñeiro.

Coincidencia histórica: También un 18 de diciembre, exactamente dos años atrás, se habían reencontrado y abrazado Fidel y Raúl, luego de los aciagos días posteriores al desembarco del Granma. En aquella ocasión, al comprobar que contaba con 8 hombres y 7 armas, Fidel había exclamado ¡Ahora sí ganamos la guerra!  En esta ocasión, al frente de un aguerrido Ejército Rebelde, se reunían pocos días antes de materializarse la predicción de Cinco Palmas.

En esa, la segunda reunión nacional del Movimiento 26 de Julio durante la guerra, es propuesto y se aprueba al doctor Manuel Urrutia Lleó como   Presidente  provisional de la República, junto a otros integrantes del nuevo ejecutivo. Fidel  había planteado que Urrutia  juraría para ese cargo el 24 de febrero de 1959 en Baire, escenario del alzamiento independentista en esa fecha de 1895, conocido como El Grito de Baire, pero el triunfo revolucionario aceleró el proceso y  el juramento  se produjo el 1ro. de enero, en Santiago de Cuba. El Comandante en Jefe de la Revolución cubana, por voluntad propia, no formó parte de ese gobierno. Es otro proceso, digno de conocerse más por la presente y las futuras generaciones.

Mientras tanto, la guarnición de Maffo seguía sin  rendirse. Se preparaba el ataque a Jiguaní que tendría lugar un día después.

 

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