Un símbolo que se agiganta
.Orlando Guevara Núñez
El 3 de mayo de 1958 –hace 67 años- le nació a la patria cubana un símbolo que hoy se agiganta, convertido en estandarte de lucha, de resistencia y de victoria de todo el pueblo.
A raíz del fracaso de la Huelga de Abril de 1958, el máximo líder rebelde convocó a una reunión en la Sierra Maestra, en un lugar conocido como Alto de Mompié, a la cual asistieron los principales dirigentes del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en el país. Allí fueron analizados,entre otros importantes, los temas sobre los resultados de la huelga, la situación del Movimiento 26 de Julio y la estrategia para la contraofensiva rebelde frente a la ofensiva de la tiranía batistiana .
El juicio crítico sobre el fracaso de la huelga propició el acuerdo, aquel 3 de mayo, de seguir la lucha armada directa, dirigida militar y políticamente por Fidel, reservando esa acción obrera para un momento posterior y oportuno; el Ejército Revolucionario del Movimiento 26 de Julio pasó a Ejército Rebelde, es decir, no de una sola organización, sino de todas y de todos quienes a él quisieran ingresar, y la Dirección Nacional fue sustituida por un Ejecutivo radicado no en el llano, sino en la Sierra Maestra, encabezado por Fidel.
Fue ese el momento en que otra decisión, expresión de unidad y reconocimiento a la autoridad y prestigio del líder político y guerrillero, tuvo lugar en Alto de Mompié: Fidel fue nombrado Comandante en Jefe de todas las fuerzas revolucionarias.
De esa histórica reunión emanaron las decisiones para enfrentar y derrotar la ofensiva que, envalentonada por el fracaso de la Huelga de Abril, lanzaría la tiranía sobre el bastión guerrillero principal, la Sierra Maestra, y sobre el territorio del Segundo Frente Oriental “Frank País”.
Así, en Altos de Mompié, la crítica y autocrítica sinceras de los revolucionarios sentaron las bases para la oportuna rectificación, para poner en práctica una estrategia correcta, para la unidad imprescindible y la fortaleza que meses después doblegó a la tiranía. Siempre con Fidel al frente. Conductor de nuestro pueblo en la guerra y en la paz. Nuestro eterno e invicto ¡Comandante en Jefe! quien recibió ese día, el grado mucho tiempo atrás ganado.
jueves, 1 de mayo de 2025
viernes, 25 de abril de 2025
El Capitán San Luis
Un día negro para el Che
.Orlando Guevara Núñez
Día negro. Con esas dos palabras, sintetizó el Comandante Ernesto Che
Guevara su dolor ante la muerte en la guerrilla boliviana, el 25 de abril de
1967, de Eliseo Reyes Rodríguez, el Capitán San Luis, Rolando en esa gloriosa
gesta.
Había nacido Eliseo en el territorio santiaguero de
San Luis -cerca de donde se forjó la familia de los
Maceo-Grajales-el 27 de abril de 1940. El quinto entre once hermanos de un
humilde hogar que cuando él tenía sólo ocho años de edad fue a residir a La
Caridad de Pedernal, en las estribaciones de las montañas, en el mismo
municipio.
Se sabe que en una ocasión, ante una conversación sobre la preferencia de Ramón
Grau San Martín o Carlos Prìo Sacarás
-connotados politiqueros de la época prerrevolucionaria- para la presidencia
del país, la poca edad de Eliseo no lo invalidó para emitir un juicio
corroborado luego por la historia. Luego de colocar a ambos en igual rango de
poca credibilidad, emitió su sentencia: Esto como único se resuelve es a tiros.
La oportunidad de actuar como pensaba se le presentó temprano. En agosto de
1957, con 17 años de edad, marcha hacia la Sierra Maestra y se incorpora a la
guerrilla dirigida por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Pronto ingresa a la Columna 4 –segunda creada por el Ejército Rebelde- bajo las
órdenes del jefe de esta fuerza, el Comandante Ernesto Che Guevara, donde actúa
como eficaz mensajero. Y cuando el Che solicita voluntarios para bajar al
llano, entre los dispuestos y seleccionados se encuentra Eliseo Reyes. Cuentan
que al conocer él su aprobación para la nueva misión, exclamó que era de San
Luis, e iría a ese lugar. Y de ahí nació su nombre de guerra San Luis.
A partir de entonces integró la Columna 8 Ciro Redondo, al mando del Che, que
junto a la Columna 2 Antonio Maceo, con el Comandante Camilo Cienfuegos como
jefe, protagonizó la invasión de Oriente hacia Occidente, reeditando la hazaña
militar realizada fines del siglo XIX por los generales del Ejército Libertador
Cubano, Máximo Gómez Báez y Antonio Maceo Grajales.
En la paz como en la guerra
Al triunfar la Revolución, con 18 años de edad, el ya Capitán San Luis, ocupa
la jefatura de la Policía Militar en La Cabaña, en la capital del país. Se
inicia así, en la paz, otra brillante hoja de servicios del joven
combatiente a la Patria.
Jefe Militar de Sancti Spìritus. Escogido para integrar la jefatura de la
Dirección de Inteligencia G-2, del Estado Mayor del Ejército Rebelde. Sus
cualidades lo llevan a desempeñarse, en octubre de 1962, como Delegado del
Ministerio del Interior en la provincia de Pinar del Río, donde fue un puntal
en la lucha contra los enemigos internos y externos de la Revolución.
Sus cualidades crecen en el fragor de la lucha. Es así como en octubre de 1965,
al constituirse el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, entre sus
miembros se cuenta el capitán Eliseo Reyes Rodríguez, San Luis.
Un día de julio de 1966, a sus manos llega una petición de su jefe en la Sierra
Maestra y durante la invasión. “Vuelvo a necesitar el esfuerzo de ustedes que
fueron fieles en la Sierra Maestra. Si está dentro de las posibilidades, espero
de la colaboración”. La petición era del Che.
Bueno, muchachos, me voy
La solicitud fue aceptada sin reparos. Y ante dos compañeros suyos dejó
testimonio de su alegría ante la riesgosa misión. Bueno, muchachos, me voy. Voy
a cumplir una misión revolucionaria fuera de Cuba. Ustedes saben que eso es lo que
yo anhelaba (…) que ese es mi mayor sueño.
Así nacía Rolando. En noviembre de 1966, se produce el reencuentro de Eliseo
con el Che, quien apunta que con la llegada de éste y Marcos, (Antonio Sánchez
Díaz, Comandante Pinares) a Bolivia ya eran seis.
De todos es conocida la rigurosidad del Che para evaluar a sus subordinados.
Sus conceptos sobre las cualidades que debían estar presentes en un cuadro
revolucionario – de las cuales era él mismo un alto exponente- eran aplicados
de forma tal que sólo los méritos y el aval de la conducta podían respaldar a
quien se evaluaba para una responsabilidad.
Las decisiones y las definiciones hecha por el Che sobre Eliseo Reyes, son un
fiel rasero para medir la estatura del héroe. Al estructurar el mando de la
guerrilla boliviana, Rolando es designado como Comisario Político, junto al
revolucionario boliviano Inti Peredo, caído después en la lucha clandestina. En
una ocasión lo calificaría como El cuadro más completo, tanto en lo
político como en lo militar, de todos los componentes de la guerrilla.
En su diario de campaña, al resumir los resultados del mes de abril de 1967, el
Che se refería a dos severas pérdidas. Una, la de Jesús Suárez Gayol (El Rubio)
también cubano, caído en combate el día 10. Otra, la de Rolando, sobre quien
escribe: La muerte de este último es un severo golpe, pues lo pensaba dejar a
cargo del eventual segundo frente.
El mejor hombre de la guerrilla
En muchas de las páginas del diario del Che en Bolivia, aparece el nombre de
Rolando. Sus labores como explorador, organizador de emboscadas y otros
importantes quehaceres de la guerrilla en las difíciles condiciones en las
cuales operaba. En una ocasión, ante la ausencia del Comandante Juan Vitalio
Acuña Núñez (Vilo en Cuba y Joaquín en la gesta boliviana) Rolando es designado
por el Che como jefe de la retaguardia.
El 25 de abril, durante una acción guerrillera contra el ejército, Eliseo Reyes
cae gravemente herido. Balas de una ametralladora calibre 30 habían hecho impacto
en una de sus piernas, partiéndole el fémur y todo el paquete vasculonervioso.
Al conocer la noticia, el Che se impacientó hasta la llegada de los compañeros
con el herido. Y cuando se dispuso a ponerle plasma, el Capitán San Luis
ofrendó su último aliento.
En el fragor de una guerra, la muerte podría parecer algo natural. Pero es
precisamente en medio de ella que los combatientes revolucionarios se hermanan
más y se tiende entre ellos un sentimiento que trasciende la amistad para
insertarse en la sangre.
“Hemos perdido al mejor hombre de la guerrilla, y naturalmente, uno de sus
pilares, compañero mío desde que, siendo casi un niño, fue mensajero de la
Columna 4, hasta la invasión y esta nueva aventura revolucionaria”. Estas
palabras brotaron de lo más profundo del alma del Che.
Un testigo de aquel momento, describiría luego la consternación en el último
adiós al Capitán San Luis. “Y allí se para Che y lleno de dolor afirma:
hemos perdido a uno de los más valientes, a uno de los más queridos de nuestros
compañeros. Y vemos como si quisiera seguir hablando, pero ya no pudiera. Y
cuando abrimos una sepultura y ponemos a San Luis, Che se viró de espaldas (…)
y lo vimos sacar el pañuelo sin darnos el frente. Luego, como siempre, se
dominó y dice: ¡Haber, carijo, a su lugar! ¡No nos van a matar aquí a todos!
Una evocación del Comandante Ernesto Che Guevara, tomada del poeta chileno
Pablo Neruda y dirigida al Libertador Simón Bolívar, reflejaba el hondo dolor
de todos ante la muerte del Capitán San Luis: Tu pequeño cadáver de capitán
valiente, ha extendido en lo inmenso su metálica forma.
Eliseo, San Luis, Rolando. Joven a quien debemos recordar, más que por su
muerte, por la obra de su vida. En él, nuestra presente y las futuras
generaciones, tienen y tendrán un paradigma de revolucionario, válido para los
tiempos presentes y los que están por venir.
miércoles, 23 de abril de 2025
Trabajo facilitado por Mariano Gómez Rivera
HONRAR HONRA
Cumpliendo esta máxima martiana se dedica este sentido recuerdo a:
Enrique Céspedes Espinosa, un íntegro revolucionario, cuya huella está impresa en la historia del Comité Municipal del Partido en Guamá, donde fue su máximo dirigente.
El 24 de abril de 2025 se cumple un año de su partida física y consideramos justo y necesario rendirle tributo de recordación por su rica hoja de servicios en favor de la Revolución.
Nació en Guantánamo el 1 de agosto de 1941; de procedencia obrera, comenzó a trabajar a los 15 años. Se desempeñó como profesor de historia y filosofía, licenciado en derecho y Máster en Ciencias Jurídicas.
Desde muy joven colaboró con el M-26/7 e integró la Columna 18 del Ejército Rebelde. Fue fundador del Partido Comunista de Cuba.
Después del triunfo de la Revolución fue enviado a trabajar al Ministerio de la Construcción en Guantánamo; se movilizó cuando Playa Girón y la Crisis de Octubre. Pasó la escuela de las ORI y ubicado como director en la escuela de Instrucción Revolucionaria en el central “Manuel Tames” y luego como subdirector de la EIR en Guantánamo. En 1962 se gradúa como profesor de Historia y Filosofía, siendo ubicado como profesor en la escuela, de Instrucción Revolucionaria “Hermanos Marañón” de la otrora provincia de Oriente.
Entre sus múltiples funciones, fue designado presidente de la Comisión de Historia de la provincia de Oriente. Trabajó en la construcción del Partido en la Universidad de Oriente y en la Ciudad Escolar “Camilo Cienfuegos”.
Como significativo aporte a la defensa, desde 1959 hasta 1966 integró los Órganos de la Seguridad del Estado. Y en 1977 cumplió misión internacionalista en la República Popular de Angola, siendo jefe de la Misión Civil en Lobito y Benguela. Fue jefe político de las milicias serranas en la zona de la Gran Piedra y de la unidad MININT del PCC provincial.
En la dirección del Partido Provincial se desempeñó, en la atención a Puerto y Aviación y luego jefe del Departamento de Transporte y Comunicaciones.
Participó en la confiscación de tierras cuando la segunda ley de Reforma Agraria y se movilizó cuando el ciclón Flora para la zona del Cauto.
En 1966 fue designado jefe de un contingente de constructores para trabajar en Cienfuegos y luego en Nuevitas.
En 1983 fue elegido primer secretario del Partido en Guamá, hasta 1988 y miembro del Comité Provincial. En ese periodo su labor de dirigente partidista se hizo sentir en todos los sectores sociales y económicos del territorio.
Durante su mandato en Guamá, fue iniciador del programa del Médico y la Enfermera de la Familia, construyendo más de 40 consultorios, además del nuevo hospital Giraldo Aponte Fonseca y la residencia médica en el poblado de Chivirico, con un positivo impacto en los índices de salud de la población en general y en especial en el programa materno infantil.
A este sector le dio atención priorizada, en especial a los docentes y a las instalaciones, reparando muchas y construyendo la escuela primaria de piedra en Chivirico, mejorando el proceso docente educativo.
Le prestó mucha atención al sector agropecuario en especial al café y la ganadería; se alcanzó la mayor cosecha cafetalera del territorio, con más de medio millón de latas acopiadas; se logró una producción de cerca de 4 millones de litros de leche y un crecimiento importante en el desarrollo del ganado menor.
Otro sector en el que se sintió su influencia fue el de la construcción, en el avance de la carretera Granma en especial la terminación de los puentes; también recibió un gran impulso la edificación de viviendas, destacándose el levantamiento de los dos primeros edificios multifamiliares en el territorio.
A la actividad cultural le dedicó atención sistemática. Impulsó el desarrollo del movimiento de aficionados, el incremento de Instructores de Arte y la construcción de la primera Sala de Video en el poblado de Ocujal.
El comercio trabajó en el mejoramiento constructivo de las unidades y la eficiencia en su gestión. En ese periodo se construyó el restaurante de Ocujal
A la política de cuadro le dedicó especial atención, logrando la capacitación, desarrollo y promoción de cuadros jóvenes.
A las tareas de la defensa, dedicó especial atención hasta declarar el municipio Listo para la Defensa en la Primera Etapa y realizar el ejercicio de defensa en la zona de la Plata, con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz
Recordamos a Céspedes como Iniciador de la construcción de mini hidroeléctricas, inaugurándose la primera en Las Cuevas con la presencia del Comandante Pedro Miret Prieto y José Ramón Balaguer Cabrera, Primer Secretario del Partido en la provincia.
Su obra incluyó la Introducción de los sistemas fotovoltaicos, siendo el primero del país en los consultorios del médico y enfermera de la familia, permitiendo dotarlos de radio, de comunicación, con aquellos alejados de la cabecera del municipio.
Otras tareas por él emprendidas fueron la Instalación de plantas eléctricas en las comunidades. Construcción de las paradas de ómnibus (con piedras) a lo largo de toda la carretera. Desarrollo de la actividad pesquera con la instrucción de una flota que lograba el incremento de la captura. Desarrollo de la comunicación telefónica logrando que se situaran en diferente punto de la montaña teléfono y se abrieron varias rutas de ómnibus en las montañas y el litoral. Y el Parque Infantil del caserío de Chivirico
Su intensa actividad, además de en el Partido, la desarrolló en el gobierno. Miembro del Comité Ejecutivo del Poder Popular Provincial para atender el sector del transporte; Delegado del Ministro del Transporte en el territorio, jefe del Grupo del Transporte del Consejo de Defensa Provincial. Y director provincial de Justicia desde 1993 hasta su jubilación.
Por su extensa hoja de servicio a la Revolución y al internacionalismo, recibió reconocimientos y condecoraciones entre los que figuran:
Medallas 30, 40 y 50 Aniversario de las FAR, Servicios Distinguido de las FAR de los años 80, 85 y 86; Combatiente Internacionalista, Victoria Cuba-RPA, Lucha Clandestina Frank País, diploma fundador del Partido Comunista de Cuba. También las medallas 28 de Septiembre, Aracelio Iglesias, los sellos 20 años de
Vigilancia Revolucionaria, 30 aniversario del SNTAP, Cuadro Destacado del Consejo de la Administración Provincial del Poder Popular y de Justicia en los años 2001, 2002, 2003 y 2006. Su vida estuvo entregada por completo a la causa revolucionaria y a su amor por el bienestar del pueblo. Por eso merece nuestro respeto y compromiso de seguir luchando por la Revolución de los humildes por los humildes y para los humildes.
Y no olvidamos a Enrique Céspedes Espinosa, porque, al decir de nuestro José Martí, la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
Un día negro para el Che
.Orlando Guevara Núñez
Día negro. Con esas dos palabras, sintetizó el Comandante Ernesto Che Guevara su dolor ante la muerte en la guerrilla boliviana, el 25 de abril de 1967, de Eliseo Reyes Rodríguez, el Capitán San Luis, Rolando en esa gloriosa gesta.
Había nacido Eliseo en el territorio santiaguero de San Luis -cerca de donde se forjó la familia de los Maceo-Grajales-el 27 de abril de 1940. El quinto entre once hermanos de un humilde hogar que cuando él tenía sólo ocho años de edad fue a residir a La Caridad de Pedernal, en las estribaciones de las montañas, en el mismo municipio.
Se sabe que en una ocasión, ante una conversación sobre la preferencia de Ramón Grau San Martín o Carlos Prìo Sacarás
-connotados politiqueros de la época prerrevolucionaria- para la presidencia del país, la poca edad de Eliseo no lo invalidó para emitir un juicio corroborado luego por la historia. Luego de colocar a ambos en igual rango de poca credibilidad, emitió su sentencia: Esto como único se resuelve es a tiros.
La oportunidad de actuar como pensaba se le presentó temprano. En agosto de 1957, con 17 años de edad, marcha hacia la Sierra Maestra y se incorpora a la guerrilla dirigida por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Pronto ingresa a la Columna 4 –segunda creada por el Ejército Rebelde- bajo las órdenes del jefe de esta fuerza, el Comandante Ernesto Che Guevara, donde actúa como eficaz mensajero. Y cuando el Che solicita voluntarios para bajar al llano, entre los dispuestos y seleccionados se encuentra Eliseo Reyes. Cuentan que al conocer él su aprobación para la nueva misión, exclamó que era de San Luis, e iría a ese lugar. Y de ahí nació su nombre de guerra San Luis.
A partir de entonces integró la Columna 8 Ciro Redondo, al mando del Che, que junto a la Columna 2 Antonio Maceo, con el Comandante Camilo Cienfuegos como jefe, protagonizó la invasión de Oriente hacia Occidente, reeditando la hazaña militar realizada fines del siglo XIX por los generales del Ejército Libertador Cubano, Máximo Gómez Báez y Antonio Maceo Grajales.
En la paz como en la guerra
Al triunfar la Revolución, con 18 años de edad, el ya Capitán San Luis, ocupa la jefatura de la Policía Militar en La Cabaña, en la capital del país. Se inicia así, en la paz, otra brillante hoja de servicios del joven combatiente a la Patria.
Jefe Militar de Sancti Spìritus. Escogido para integrar la jefatura de la Dirección de Inteligencia G-2, del Estado Mayor del Ejército Rebelde. Sus cualidades lo llevan a desempeñarse, en octubre de 1962, como Delegado del Ministerio del Interior en la provincia de Pinar del Río, donde fue un puntal en la lucha contra los enemigos internos y externos de la Revolución.
Sus cualidades crecen en el fragor de la lucha. Es así como en octubre de 1965, al constituirse el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, entre sus miembros se cuenta el capitán Eliseo Reyes Rodríguez, San Luis.
Un día de julio de 1966, a sus manos llega una petición de su jefe en la Sierra Maestra y durante la invasión. “Vuelvo a necesitar el esfuerzo de ustedes que fueron fieles en la Sierra Maestra. Si está dentro de las posibilidades, espero de la colaboración”. La petición era del Che.
Bueno, muchachos, me voy
La solicitud fue aceptada sin reparos. Y ante dos compañeros suyos dejó testimonio de su alegría ante la riesgosa misión. Bueno, muchachos, me voy. Voy a cumplir una misión revolucionaria fuera de Cuba. Ustedes saben que eso es lo que yo anhelaba (…) que ese es mi mayor sueño.
Así nacía Rolando. En noviembre de 1966, se produce el reencuentro de Eliseo con el Che, quien apunta que con la llegada de éste y Marcos, (Antonio Sánchez Díaz, Comandante Pinares) a Bolivia ya eran seis.
De todos es conocida la rigurosidad del Che para evaluar a sus subordinados. Sus conceptos sobre las cualidades que debían estar presentes en un cuadro revolucionario – de las cuales era él mismo un alto exponente- eran aplicados de forma tal que sólo los méritos y el aval de la conducta podían respaldar a quien se evaluaba para una responsabilidad.
Las decisiones y las definiciones hecha por el Che sobre Eliseo Reyes, son un fiel rasero para medir la estatura del héroe. Al estructurar el mando de la guerrilla boliviana, Rolando es designado como Comisario Político, junto al revolucionario boliviano Inti Peredo, caído después en la lucha clandestina. En una ocasión lo calificaría como El cuadro más completo, tanto en lo político como en lo militar, de todos los componentes de la guerrilla.
En su diario de campaña, al resumir los resultados del mes de abril de 1967, el Che se refería a dos severas pérdidas. Una, la de Jesús Suárez Gayol (El Rubio) también cubano, caído en combate el día 10. Otra, la de Rolando, sobre quien escribe: La muerte de este último es un severo golpe, pues lo pensaba dejar a cargo del eventual segundo frente.
El mejor hombre de la guerrilla
En muchas de las páginas del diario del Che en Bolivia, aparece el nombre de Rolando. Sus labores como explorador, organizador de emboscadas y otros importantes quehaceres de la guerrilla en las difíciles condiciones en las cuales operaba. En una ocasión, ante la ausencia del Comandante Juan Vitalio Acuña Núñez (Vilo en Cuba y Joaquín en la gesta boliviana) Rolando es designado por el Che como jefe de la retaguardia.
El 25 de abril, durante una acción guerrillera contra el ejército, Eliseo Reyes cae gravemente herido. Balas de una ametralladora calibre 30 habían hecho impacto en una de sus piernas, partiéndole el fémur y todo el paquete vasculonervioso.
Al conocer la noticia, el Che se impacientó hasta la llegada de los compañeros con el herido. Y cuando se dispuso a ponerle plasma, el Capitán San Luis ofrendó su último aliento.
En el fragor de una guerra, la muerte podría parecer algo natural. Pero es precisamente en medio de ella que los combatientes revolucionarios se hermanan más y se tiende entre ellos un sentimiento que trasciende la amistad para insertarse en la sangre.
“Hemos perdido al mejor hombre de la guerrilla, y naturalmente, uno de sus pilares, compañero mío desde que, siendo casi un niño, fue mensajero de la Columna 4, hasta la invasión y esta nueva aventura revolucionaria”. Estas palabras brotaron de lo más profundo del alma del Che.
Un testigo de aquel momento, describiría luego la consternación en el último adiós al Capitán San Luis. “Y allí se para Che y lleno de dolor afirma: hemos perdido a uno de los más valientes, a uno de los más queridos de nuestros compañeros. Y vemos como si quisiera seguir hablando, pero ya no pudiera. Y cuando abrimos una sepultura y ponemos a San Luis, Che se viró de espaldas (…) y lo vimos sacar el pañuelo sin darnos el frente. Luego, como siempre, se dominó y dice: ¡Haber, carijo, a su lugar! ¡No nos van a matar aquí a todos!
Una evocación del Comandante Ernesto Che Guevara, tomada del poeta chileno Pablo Neruda y dirigida al Libertador Simón Bolívar, reflejaba el hondo dolor de todos ante la muerte del Capitán San Luis: Tu pequeño cadáver de capitán valiente, ha extendido en lo inmenso su metálica forma.
Eliseo, San Luis, Rolando. Joven a quien debemos recordar, más que por su muerte, por la obra de su vida. En él, nuestra presente y las futuras generaciones, tienen y tendrán un paradigma de revolucionario, válido para los tiempos presentes y los que están por venir.