viernes, 30 de agosto de 2024

 

     2 de septiembre de 1960

 

Primera Declaración de La Habana,

digna respuesta  al imperio yanqui

 

.Orlando Guevara Núñez

 

Había transcurrido sólo un año y ocho meses desde el triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959 en Cuba. Nuestro país estaba dedicado por entero al trabajo para reconstruir la nación, luego de una lucha cruenta que costó la vida  de 20 000 cubanos. El país había quedado devastado no solo como consecuencia de la guerra, sino también por el saqueo de la pandilla batistiana que dejó vacías las arcas del Estado, además de heredar una débil economía, dominada por los monopolios extranjeros, principalmente de los Estados Unidos.

Pero el imperio del Norte no estaba dispuesto a permitir que en nuestro continente existiera un país decidido a dirigir su propio destino. Ya las agresiones económicas se hacían sentir, al tiempo que los sabotajes y apoyo a la contrarrevolución, mediante grupos que impunemente actuaban desde territorio norteamericano, costaban vidas y recursos al pueblo cubano.

En ese contexto, del 22 al 29 de agosto de 1960 sesionó, en San José de Costa Rica, la VII Reunión de Consulta de los Cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) instrumentada por el gobierno de los Estados Unidos para condenar y aislar a Cuba, como parte de la preparación del escenario para la agresión – ya programada- que se produjo el 17 de abril de 1961, mediante la invasión mercenaria de Playa Girón, con el objetivo de destruir a la Revolución. El infame documento fue aprobado, con la excepción de los cancilleres de Venezuela y Perú, quienes, además de no firmar la declaración, renunciaron a sus cargos.

No se equivocó el Comandante en Jefe Fidel Castro cuando ese 2 de septiembre afirmó, refiriéndose a la reunión anticubana, que “se estaba afilando allí el puñal que en el corazón de la Patria cubana quiere clavar la mano criminal del imperialismo yanqui”.

La respuesta del pueblo fue contundente. En la Plaza Cívica de la capital, un millón de cubanos se reunieron y, en representación de toda la nación se constituyeron  en Asamblea General del Pueblo de Cuba. Nuestro país levantó su voz no solo en nombre propio, sino también de todos los pueblos de América.

Y sus pronunciamientos fueron claros, precisos y contundentes.

Esa Asamblea proclamó el derecho de los campesinos a la tierra; del obrero al fruto de su trabajo; de los niños a la educación; de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; de los jóvenes al trabajo; de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica.

Para Cuba y más allá de sus fronteras, la Asamblea General proclamó también el derecho de los negros y del indio a la dignidad plena del hombre; de la mujer a la igualdad civil, social y política; del anciano a una vejez segura; de los intelectuales, artistas y científicos a luchar con sus obras por un mundo mejor.

Y sumó a sus postulados el derecho de los Estados a nacionalizar los monopolios imperialistas, rescatando así sus riquezas y recursos nacionales; de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo y de las naciones a su plena soberanía.

Otro derecho defendido por el pueblo cubano en aquella histórica jornada, fue el de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas y armar a sus obreros, a sus campesinos, a sus estudiantes, a sus intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados para que defendieran por sí mismos sus derechos y su destino.

Aquella gigantesca Asamblea del pueblo, postuló el deber de los obreros, de los campesinos, de los estudiantes, de los negros, de los indios, de los jóvenes, de la mujer y de los ancianos, de luchar por sus reivindicaciones económicas, políticas y sociales, así como también de las naciones oprimidas y explotadas a luchar por su liberación.

Proclamó, además, el deber de cada pueblo a la solidaridad con todos los pueblos oprimidos, colonizados, explotados o agredidos, sea cual fuere el lugar del mundo en que éstos se encuentren y las distancias geográficas que los separen.

Los cubanos, como respuesta a la declaración de San José de Costa Rica, que declaraba a Cuba no compatible con el sistema democrático de este continente y la conminaba a plegarse a los dictámenes del gobierno norteamericano, no sólo condenamos ese documento dictado por los Estados Unidos, sino también que denunciamos las intervenciones yanquis contra los pueblos de México, Nicaragua, Haití, Santo Domingo, Cuba y otros, escudándose en su superioridad militar, los Tratados desiguales y la sumisión de gobiernos traidores a sus pueblos. Así, frente al panamericanismo hipócrita en aras del dominio imperial, Cuba proclamó el latinoamericanismo liberador y solidario.

Uno de los más cínicos argumentos del gobierno de los Estados Unidos, compartidos por la OEA, para condenar a Cuba, era el peligro que representaban para este continente las relaciones de nuestro país con los gobiernos de la Unión Soviética y China. Cuba no sólo no cedió un ápice en sus principios, sino que fortaleció la amistad con ambos países y, en el caso de la República Popular China, reconoció a ese gobierno como único representante legal del pueblo chino, quedando de esa forma establecidas las relaciones que cada día son más fuertes.

Durante los días posteriores a la proclamación de la Declaración de La Habana, el pueblo, en sus respetivos territorios, en masivas concentraciones, apoyó su contenido y luego firmó el documento de forma individual. En la entonces provincia de Oriente – actuales provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Granma y Las Tunas- un millón de personas participaron en las concentraciones.

La Asamblea General del Pueblo de Cuba, del 2 de septiembre de 1960, fue una genuina demostración de democracia que rompió esquemas tradicionales. Sobre ese tema, plantearía el Comandante en Jefe Fidel Castro que la democracia no puede consistir solo en el ejercicio de un voto electoral, sino en el derecho de los ciudadanos a decidir su propio destino.

Este 2 de septiembre del 2022, se cumplen 64 años de la Primera Declaración de La Habana. Las agresiones contra Cuba, provenientes del Norte revuelto y brutal que nos desprecia, al decir de José Martí, aunque con otro ropaje, siguen su absurda carrera. Nuestro país, sin embargo, con su sacrificio, su sudor y su sangre, ha hecho valer sus principios proclamados aquel día. El aislamiento fracasó, el intento de doblegarnos por el temor, falló; el intento de vencernos por la fuerza, por hambre y enfermedades, fracasó. Cuba, en esa ocasión, prometió a los pueblos que no les fallaría, y no les ha fallado.

En ese mismo septiembre, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Comandante en Jefe Fidel Castro proclamó, en nombre de todos los cubanos, que nuestro país tenía un recurso: resistir cuando la ONU y la OEA no garantizaran nuestros derechos. Hemos resistido, hemos vencido y seguiremos venciendo.

Los principios de hace más de seis décadas, proclamados por nuestro pueblo, mantienen no solo su validez histórica, sino también su plena vigencia para los tiempos presentes. Y para los que están por venir.

 

 

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jueves, 22 de agosto de 2024

 

Al poder se sube casi siempre de rodillas. Los que suben de pie son los que tienen derecho natural a él

 

Orlando Guevara Núñez

En esta ocasión está hablando Martí de las rivalidades electorales en Estados Unidos. Fue en un artículo publicado en el diario  argentino La Nación, el 19 de junio de 1888.  

Valiosa lección, con fuerza de presencia en el mundo de hoy, donde muchos gobiernos llegan al poder arrodillados ante intereses mezquinos, incluso  aupados por potencias extranjeras. La Revolución cubana tiene derecho al poder, porque a él subió de pie. Y de pie se ha mantenido siempre.

 

martes, 20 de agosto de 2024

 

Martes, 20 Agosto 2024 16:52
Comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba
Una vez más, la invención y el delirio cobran vida en la construcción de una matriz de mentiras contra Cuba. El desespero para esconder el fracaso de los planes golpistas en Venezuela ha llevado a una personera de las oligarquías y de los intereses geoestratégicos estadounidenses a intentar engañar a la opinión pública con acusaciones falsas y malintencionadas, que pretenden implicar al Estado cubano en presuntas prácticas de represión, espionaje, persecución y tortura en ese país.
En torno a la citada promotora de mentiras, ha sido revelado recientemente que ha recibido cifras millonarias de dólares de un grupo de cabildeo estadounidense, con el propósito de financiar su campaña y generar desestabilización en Venezuela.
No es Cuba quien interfiere --y nunca lo hará--, en la vida política y económica de otro país con sanciones, presiones y planes de cambio de régimen. No es Cuba quien lanza una campaña mediática para socavar la institucionalidad venezolana, poniendo en riesgo la vida de miles de personas y desconociendo la voluntad de la mayoría.
Como ha sido denunciado por este Ministerio, en las declaraciones del 31 de julio, el 2 y el 10 de agosto: quienes intentan imponer calumnias sobre Cuba son los mismos que apoyan y practican la intromisión, la manipulación y el estímulo a la violencia.
Conoce bien la oligarquía venezolana, que la Revolución Bolivariana puso fin a décadas de torturas, desapariciones forzadas y asesinatos. Por otro lado, los irresponsables falseadores de la realidad hacen caso omiso de las abultadas prácticas de injerencia y represión de sus mentores, los Estados Unidos de América.
Es conocido el papel estadounidense en el apoyo a la Operación Cóndor en América Latina y el Caribe y el entrenamiento a mercenarios y fuerzas militares golpistas. Washington fue responsable de los métodos de tortura y horror contra detenidos en Guantánamo, territorio cubano ilegalmente ocupado. Incluso, en ese mismo país se siguen registrando prácticas represivas contra su propio pueblo, como la acontecida hace unas semanas contra estudiantes universitarios que se manifestaban contra el genocidio en Gaza.
Cuba rechaza enfáticamente las falsedades que se fabrican para reforzar la política de acoso de varios gobiernos estadounidenses, de lo cual forman parte el endurecimiento del bloqueo económico y la irracional inclusión de Cuba en una lista unilateral de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo, provocando con ello severas afectaciones a la población cubana en su conjunto.
Jamás el indecoro y la mentira que la derecha usa como estandarte podrán socavar la integridad de la Revolución Cubana y tampoco podrán vencer sobre la voluntad de los pueblos.
La Habana, 20 de agosto de 2024

lunes, 19 de agosto de 2024

 

Una precursora y dos fundadoras

de la FMC, fallecidas en tres

agostos en Santiago de Cuba

 

.Orlando Guevara Núñez

 

Al conmemorarse en este agosto un nuevo aniversario  de la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas, viene  a la mente el recuerdo de tres mujeres santiagueras que, en distintos días y años, dejaron de existir físicamente en  este mes , aquí, en Santiago de Cuba.

Las tres son símbolos de patriotas, de luchadoras. Símbolos de la mujer santiaguera y cubana.

La primera es América Lavadí Arce.  Había nacido el 15 de junio de 1917 en Yateras, Guantánamo. Hija de madre comunista y  luchadora antimachadista. El padre, tabaquero. Ambos progenitores descendían de familias mambisas.

América, desde casi niña, tuvo que laborar para contribuir al sustento del hogar. En Santiago de Cuba, donde había pasado a residir su familia, América se sumó a la lucha contra la tiranía machadista. Militó en la Liga Juvenil Comunista, desarrollando una amplia labor de propaganda desde una célula de Defensa Obrera Internacional. En más de una ocasión sufrió prisión y fue golpeada por los esbirros de la tiranía.

El 1ro. de agosto de 1933, el Partido de los comunistas cubanos convocó a una manifestación  por el Día Internacional de la Lucha contra la Guerra y por la Paz, por las demandas de los desocupados, contra el imperialismo yanqui y por la retirada del embajador norteamericano, Summer Welles, que tuvo como escenario a Santiago de Cuba.

América había realizado propaganda sobre esta actividad. Y allí estaba, en primera fila, portando la bandera cubana cuando –abrazada a ese símbolo patrio- cayó acribillada por las balas de un esbirro. Contaba, al morir, con solo 16 años de edad.

Del lugar de su caída, el cuerpo de América Lavadí Arce fue levantado por el dirigente obrero y comunista santiaguero Juan Taquechel López, junto al dirigente de la Liga Juvenil Comunista, Rolando Ramos Zapata, quien también caería asesinado una semana después, en otra manifestación.

El día 5 de otro agosto, esta vez de 1975,  falleció en Santiago de Cuba

Doña Rosario García Calviño. Había nacido en España, el  1ro. de agosto de 1899. Llegó a Cuba en 1917, radicándose en esta ciudad, como trabajadora doméstica en la Casa Pastoral del Primer Templo Bautista de Santiago de Cuba. En 1927 contrae matrimonio con el Reverendo Don Francisco País Pesqueira, de cuya unión nacieron tres hijos: Frank, Agustín y Josué. Los tres combatieron desde la clandestinidad a la tiranía batistina.

Josué, el menor, con solo 19 años de edad, cayó el 30 de junio de 1957, junto a sus compañeros Salvador Pascual y Floromiro Bistel, en enfrentamiento contra la jauría batistiana. Frank cayó un mes después, el 30 de julio, cuando, aún sin cumplir los 23 años, era  máximo jefe del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en el llano.

Ante la muerte de sus hijos, Doña Rosario actuó con valentía, como digna madre que entregaba sus hijos a la causa de la libertad de la patria.

Desde 1939, ante el fallecimiento de su esposo, Doña Rosario dedicó su vida al mantenimiento y educación de sus hijos.

Luego del triunfo revolucionario, esta mujer  incrementó su patriotismo y defendió la obra por la cual cayeron sus hijos. Fue fundadora de la FMC.

 

En otro agosto, el día 25, de 1987, dejó de existir en Santiago de Cuba la  combatiente  revolucionaria Gloria Cuadras de la Cruz. Había nacido el 18 de julio de 1911, en Santiago de Cuba.

Mujer de estirpe bravía. Combatió a las tiranías  machadista y batistiana. Compañera de lucha del  insigne revolucionario Antonio Guiteras Holmes. Militó en las filas del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).

Desde los primeros días que siguieron al asalto al Cuartel Moncada, se solidarizó con los asaltantes, luchó por la preservación de los restos de los moncadistas asesinados y desde su programa radial  Cuba Libre,  en la Emisora Provincial, acusó a los esbirros de la tiranía, desentrañó las mentiras  de Batista, Tabernilla y Chaviano, y llamó al pueblo a la lucha por la libertad cubana.

Al constituirse, en 1955, el Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la provincia, ocupó el cargo de Responsable de Propaganda en Oriente. Formó parte del Estado Mayor que, bajo la jefatura de Frank País, dirigió el alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, primera acción armada de la juventud cubana después del  26 de julio de 1953, cuyo objetivo fue apoyar el desembarco del Granma, con Fidel al frente.

Gloria Cuadras fue detenida en varias ocasiones, golpeada por los esbirros, ante quienes luchó, incluso marcando con sus dientes a uno de los más connotados asesinos.

En 1958, se incorpora al  Segundo Frente Oriental que llevara el nombre de su admirado jefe Frank País.

Desde el mismo triunfo de la Revolución, dedicó toda su vida a laconstrucción y defensa de la obra por la cual había luchado. Integrante del Comité Provincial del Partido, delegada a los dos primeros congresos del Partido, revolucionaria inclaudicable,  santiaguera de corazón. Fundadora de la FMC.

 

Así,  América Lavadí Arce, Doña Rosario García Calviño y Gloria Cuadras de la Cruz, fueron flores sepultadas en distintos agostos. Aún así no las recordamos como flores marchitas. Las imaginamos juntas, como ramo frondoso adornando el jardín de la libertad cubana. Transmitiendo su fragancia a las  nuevas generaciones, depositarias de la obra que ellas ungieron con la miel de su cariño.