viernes, 18 de mayo de 2018

Un deseo de Martí cumplido con creces




.Orlando Guevara Núñez

Los cubanos conocemos en deseo de nuestro Héroe Nacional, José Martí, expresado en uno de sus Versos Sencillos, relacionado con su muerte: Yo quiero cuando me muera / sin patria, pero sin amo / tener en mi losa un ramo / de flores y una bandera.
Y allí en la urna que atesora sus restos en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, no faltan la bandera y las flores, dedicadas por un pueblo agradecido en el cual está enraizado su recuerdo.
Pero hubo otra ocasión en que el Apóstol de la independencia cubana expresó para la ocasión de su muerte. fue en 1894, en carta dirigida a   Román Mayorga Rivas, de origen nicaragüense y nacionalidad salvadoreña, poeta y periodista, en ocasión de la muerte de un hermano de éste, caído en Honduras luchando por la libertad de ese pueblo. José María Mayorga Rivas, se nombraba el héroe, también poeta.
 “Y yo envidio esa abnegación sublime de dar la propia vida porque vivan libres y felices  los demás”  y agrega  que “sobre la tumba de su hermano han debido plantar no un ciprés, sino una bandera, y al pie de la bandera, laureles, muchos laureles, porque eso piden  y requieren las tumbas de los héroes que mueren en el campo de batalla peleando por la libertad”
Y es entonces cuando expresa otro deseo: “ Y  yo quisiera merecer para la tumba mía, eso: la bandera de mi estrella solitaria; pero no los laureles, sino rotas al pie del asta enhiesta, las cadenas coloniales, tan infamantes y aborrecidas”.
Y ese deseo de Martí está cumplido con creces. Porque su pueblo rompió  no solo las cadenas coloniales de España, sino también las cadenas neocoloniales de los Estados Unidos. Y allí, junto a su tumba, junto a las flores y su bandera de la estrella solitaria, reina la eterna  ofrenda de la libertad e independencia por  las que él ofrendó su vida.

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