.Orlando Guevara Núñez
Los cubanos conocemos en
deseo de nuestro Héroe Nacional, José Martí, expresado en uno de sus Versos
Sencillos, relacionado con su muerte: Yo
quiero cuando me muera / sin patria, pero sin amo / tener en mi losa un ramo /
de flores y una bandera.
Y allí en la urna que
atesora sus restos en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, no
faltan la bandera y las flores, dedicadas por un pueblo agradecido en el cual está
enraizado su recuerdo.
Pero hubo otra ocasión en
que el Apóstol de la independencia cubana expresó para la ocasión de su muerte.
fue en 1894, en carta dirigida a Román
Mayorga Rivas, de origen nicaragüense y nacionalidad salvadoreña, poeta y
periodista, en ocasión de la muerte de un hermano de éste, caído en Honduras
luchando por la libertad de ese pueblo. José María Mayorga Rivas, se nombraba
el héroe, también poeta.
“Y yo envidio esa abnegación sublime de dar la
propia vida porque vivan libres y felices
los demás” y agrega que “sobre la tumba de su hermano han debido
plantar no un ciprés, sino una bandera, y al pie de la bandera, laureles,
muchos laureles, porque eso piden y
requieren las tumbas de los héroes que mueren en el campo de batalla peleando
por la libertad”
Y es entonces cuando expresa
otro deseo: “ Y yo quisiera merecer para la tumba mía, eso:
la bandera de mi estrella solitaria; pero no los laureles, sino rotas al pie
del asta enhiesta, las cadenas coloniales, tan infamantes y aborrecidas”.
Y ese deseo de Martí está
cumplido con creces. Porque su pueblo rompió
no solo las cadenas coloniales de España, sino también las cadenas
neocoloniales de los Estados Unidos. Y allí, junto a su tumba, junto a las
flores y su bandera de la estrella solitaria, reina la eterna ofrenda de la libertad e independencia
por las que él ofrendó su vida.
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