.Orlando Guevara Núñez
Miles de santiagueros y santiagueras, de todas las
edades, acudieron temprano hoy al
cementerio de Santa Ifigenia, a rendir homenaje al Héroe Nacional cubano, José
Martí, en el aniversario 123 de su caída en combate, en Dos Ríos, frente al
ejército colonial español.
El tributo comenzó con un depósito de ofrendas
florales, junto a la urna que atesora los restos del Apóstol de la
independencia cubana, dedicadas por el
General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba; Miguel Díaz Canel Bermúdez, presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, y del pueblo de Cuba.
Encabezaron el homenaje Lázaro Expósito Canto,
máximo dirigente del Partido en Santiago de Cuba y Beatriz Jhonson Urrutia,
vicepresidenta del Consejo de Estado y presidenta de la Asamblea Provincial del
Poder Popular, ambos integrantes del Comité Central del Partido.
Esta mañana,
el dolor en el Santa Ifigenia fue multiplicado. Un silencio impresionante o
voces en susurro. Expresiones de condolencia por los fallecidos en el accidente
aéreo de ayer en la capital cubana. Atención al discurso de homenaje al
Maestro.
El recuerdo de nuestro José Martí tiene tanta fuerza
de presencia, que uno palpa sus pensamientos materializados en la obra de la Revolución. No son ideas pasadas, sino motoras del presente
y del futuro.
En este lugar sagrado de la patria, uno, en solo una
mirada, abarca la historia gloriosa del pueblo cubano. Aquí está, como ceiba
fecunda, Mariana Grajales Coello, La Madre de la Patria; al lado, el Padre de
la Patria, el Hombre de Mármol; y, junto al Mausoleo Martiano, también Fidel
Castro Ruz, el eterno Comandante en Jefe, de quien el pueblo cubano sigue
recibiendo y cumpliendo `órdenes.
Abrazados en el homenaje, uniformes escolares y de
jóvenes cadetes; combatientes de la Revolución, obreros, dirigentes políticos y
de las organizaciones de masas, junto a
oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
La historia convertida en pueblo.
Así, sencillo y profundo como él, fue el homenaje a
José Martí en el Santa Ifigenia, donde, más que reposar, sus restos parecen erguirse y romper los mármoles para fundirse,
como constructores, con el pueblo cubano… y más allá.
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