.Orlando Guevara Núñez
Agregó Martí: “Si no es suya la virtud, ni virtud le parece. Creen que debajo de su plastrón se esconde la llave del mundo. Llevan el mundo en sí, que empieza en su cuna y acabará en su tumba, y niegan, con sincera imbecilidad, que sea cierta la guerra o el amor, o el desinterés o el heroísmo, o todo lo que en ellos no sea, sobre todo si les desarregla su plastrón”
El texto donde Martí expresó esta idea, fue publicado en el periódico Patria el 1ro. de abril de 1893, bajo el título de Una orden secreta de africanos. aunque define a esa orden secreta como “misteriosa, peligrosa y funesta”, su análisis no se centra en ella. Habla sobre un anciano que la integra, Tomás Surí, un africano de 70 años y que vive desterrado en El Cayo.
En esa secta- explica- no se podía obtener el tercer grado sin saber leer. Y el anciano Tomás decidió aprender, y cumplió su objetivo, lo que sirvió de ejemplo a muchos. Explica Martí que allí, en El Cayo, este hombre, cuando la idea de la guerra apareció, “saltó de su silla, apretó a un blanco joven entre sus dos brazos fuertes, y le dijo, con luces en los ojos, moviendo de prisa las encías desdentadas: Yo lo hice, yo lo hice cuando la pelea, y tengo tres hijos, y si no lo vuelven a hacer como yo, esos tres no son hijos míos”
Martí exalta el ejemplo de este hombre, no solo desde el punto de vista patriótico, sino también en su afán de aprender. Excelente conducta frente a los necios que critica al inicio del escrito.
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