.Orlando
Guevara Núñez
El
trabajo está conceptuado como uno de los fundamentales derechos humanos. Pero
en la Cuba pre revolucionaria, ese derecho era para muchos solo una aspiración. La economía cubana estaba
en manos de monopolios extranjeros y nacionales que saqueaban los recursos del
país y explotaban a los trabajadores. El drama del empleo era asfixiante. Un somero análisis demuestra las grandes
diferencias entre el capitalismo y el socialismo en nuestro país.
En
el capitalismo:
Había 600 000 cubanos sin empleo a
quienes se unían los 500 000 mil obreros del campo que solo trabajaban tres o
cuatro meses al año, pasando el resto sin tener donde ganar su sustento. A la falta de empleo se unían los bajos
salarios, los sistemas arbitrarios de pago en muchos casos basados en papeles
que sustituían al dinero, al tiempo que la discriminación racial y de sexo
marginaba y perjudicaba a cientos de miles de cubanos.
Cada
año llegaban a la edad del empleo unos 100 000 jóvenes, para los cuales no
existían fuentes de trabajo. Así, en 1958, último año de la tiranía en el
poder, más de 700 000 cubanos, una tercera parte de la población laboral, más
del 45 por ciento en las zonas rurales,
no tenía empleo permanente.
La
mujer era particularmente discriminada. En 1958, por ejemplo, solo estaban
empleadas 194 000 de ellas, el 70 por ciento en labores domésticas. Cien mil mujeres tenían que ejercer la prostitución como medio de subsistencia.
.Antes
del triunfo de la Revolución, sólo 37 900 trabajadores incrementaban la cifra
de empleados cada año; en los primeros 17 años posteriores a 1958, el promedio
fue de 82 300. En la primera década de la Revolución, casi un millón de cubanos
encontró nuevos empleos.
Para
la mayoría de los trabajadores que llegaban a la jubilación, el drama se
recrudecía, pues las cajas de retiro estaban desfalcadas por funcionarios
corruptos.
.
Ya había advertido Fidel en su alegato La historia me absolverá, que “El porvenir de la nación y la
solución de sus problemas no pueden seguir dependiendo del interés egoísta de
una docena de financieros, de los fríos cálculos sobre ganancias que tracen en
sus despachos de aire acondicionado diez o doce magnates” (…) Y no es con
estadistas al estilo de Carlos Saladrigas, cuyo estadismo consiste en dejarlo
todo tal cual está y pasarse la vida farfullando sandeces sobre la “libertad
absoluta de empresa”, “garantías del capital de inversión” y la “ley de la
oferta y la demanda” como habrán de resolverse tales problemas”.
En
el socialismo: Cuba nacionalizó los monopolios nacionales y extranjeros
y devolvió al pueblo las riquezas que le habían robado.
El
desarrollo del país en todas las esferas, permitió erradicar el desempleo desde
los primeros años, hasta el punto de necesitar brazos para enfrentar los
diversos programas económicos y sociales. Cientos de miles de hombres y mujeres fueron ocupados en las
labores agrícolas, la industria, las construcciones, la salud,
la educación y otros servicios sociales.
Hoy
la mujer ocupa un lugar importante en la composición del empleo en Cuba, al
punto de que más del 65 por ciento de la fuerza técnica empleada en el sector
estatal civil está en sus manos. La fuerza laboral cubana es una de las más
calificadas a nivel mundial.
Cada
año se producen incrementos de salarios a trabajadores de diversos sectores,
como han sido los de la salud, la educación, los jurídicos, los del sector presupuestado,
entre otros, en correspondencia con las posibilidades de la economía.
Hoy,
en medio de una crisis mundial que ha lanzado a la calle a millones de
trabajadores, Cuba, aún en medio del férreo bloqueo imperial que tiene la misma
edad de la Revolución, sigue protegiendo el empleo. El trabajo es un derecho
para todos los cubanos, sin discriminación de ningún tipo. Y en los años más duros, cuando fue necesario
cerrar muchos centros de trabajo por carencias de recursos para mantenerlos,
ningún obrero quedó desamparado.
Los
jóvenes que egresan de las universidades y especialidades técnicas, tienen su
empleo asegurado. Los trabajadores cubanos tienen garantizada no sólo su vida
laboral, sino también su jubilación, su vejez segura, incluyendo a los no
estatales, que sobrepasan la cifra de
617 000.
Pese
al brutal bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno imperialista
de los Estados Unidos, que dura ya más de seis décadas, en Cuba,
desapareció el flagelo del desempleo que
estuvo entre los graves problemas que inspiraron a los combatientes del Moncada
para su hazaña del 26 de julio de 1953. Y la obra conquistada, convirtió en realidad los sueños que entonces parecían
imposibles.
Esa
es la realidad del socialismo en Cuba. Está entre las razones por las cuales los cubanos
defendemos nuestro sistema y acabamos de refrendar, en nuestra Constitución, la
decisión de seguir construyendo, engrandeciendo y defendiendo el socialismo.
Este país, no volverá a engrosar nunca más la cifra de más de 800 millones de
desempleados existentes en el planeta que habitamos. O lo que es lo mismo: no
regresaremos jamás al capitalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario