.Orlando Guevara Núñez
En el fragor de los preparativos de la guerra necesaria, hace Martí esta aseveración a su amigo José Dolores Poyo. La carta está firmada el 16 de noviembre de 1893, en Nueva York.
Habla de preparativos. De coordinación. Se nota en el escrito que hay posiciones
divergentes en cuanto al inicio de la contienda. Alerta sobre el peligro de las
precipitaciones, y, ante éstas, dice que “Yo no hago eso: acato la realidad, y
no quiero preeminencia para mí, sino felicidad para mi patria”. No obstante,
muestra su disposición de sumarse a lo que se emprenda de inmediato. Y así lo
plantea:
“Ahora, si el deber es patente: si se
va a perder la ocasión robusta; si se justifica el auxilio y no se justifica la
demora; si no hubiese tiempo para más
consultas, aquí tiene una mano con alas y no me pararé en lo que se pueda decir
de mí: el que sirve a su patria debe estar siempre
dispuesto a ser su víctima”.
En la citada misiva escribe también, reafirmando su posición:
“Yo, por mi parte, no temo pararme en
puntos ni miedos futuros. Sea yo potro o fusil, y hagan después de mí lo que
quieran. Y es a continuación de estas palabras que expresa: Los pueblos se amasan con sangre de hombres.
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