.Orlando Guevara Núñez
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno
Rodríguez Parrilla, está ofreciendo una conferencia de prensa, en La Habana,
con el fin de denunciar las maniobras del gobierno de los Estados Unidos, el
que busca apoyo para no recibir las seguidas y apabullantes derrotas en el seno
de las Naciones Unidas, como se espera otra el próximo 31 de octubre, cuando se
discuta de nuevo el proyecto de Resolución sobre la necesidad de poner fin al
criminal e ilegal bloqueo yanqui al pueblo de Cuba.
El objetivo norteamericano está claro: destruir a la
Revolución cubana. Y habla ese gobierno nada más ni nada menos que sobre
violación de los derechos humanos en Cuba.
El canciller cubano planteó que Cuba está dispuesta a
discutir con Estados Unidos, incluso en la ONU, el tema de los derechos
humanos. En ese país existen violaciones flagrantes de esos derechos. Hay
discriminación racial, asesinatos principalmente contra negros, contra las
mujeres, y millones de personas tienen incluso vetado el voto por tener deudas,
al tiempo que es el país del mundo con mayor población penal y está autorizada
la tortura contra los prisioneros para obtener información.
Además de ocho enmiendas propuestas al proyecto de
Resolución, Estados Unidos, a través de su Departamento de Estado, ha hecho
circular un documento que pide apoyo a su descabellada política contra Cuba.
En su delirio contra el pueblo cubano, están, sencillamente,
desquiciados y desesperados porque saben que la venidera votación será una
derrota más para ellos, y una nueva victoria para Cuba. La intervención de Bruno
está siendo clara, contundente, con argumentos. La verdad se impondrá una vez
más.
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