.Orlando
Guevara Núñez
¡Patria o
Muerte! ¡Venceremos! Estas consignas cubanas, surgidas en distintos momentos,
pero convertidas en una sola, resumen la valentía, la dignidad y la decisión de
un pueblo que prefiere morir de pie antes que vivir de rodillas.
Todos
sabemos que el ¡Patria o Muerte! surgió el 5 de marzo de 1960, durante el
sepelio del más de un centenar de víctimas del criminal sabotaje al vapor
francés La Coubre, perpetrada por la Agencia Central de Inteligencia del
gobierno de los Estados Unidos en La Habana, con el fin de impedir la entrada
de armas para que nuestro pueblo defendiera su libertad y soberanía.
Ese triste
día, expresaría el Comandante en Jefe Fidel Castro:
“Y sin inmutarnos por las amenazas, sin inmutarnos por
las maniobras, recordando que un día nosotros fuimos 12 hombres solamente y
que, comparada aquella fuerza nuestra con la fuerza de la tiranía, nuestra
fuerza era tan pequeña y tan insignificante, que nadie habría creído posible
resistir; sin embargo, nosotros creíamos que resistíamos entonces, como creemos
hoy que resistimos a cualquier agresión.
Y no solo que sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos
vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que
aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la libertad o la
muerte. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere
decir patria. Y la disyuntiva nuestra
sería patria o muerte”.
Tres meses
después, el 7 de junio, durante su discurso ante la Federación Nacional de
Trabajadores de Barberías y Peluquerías, expresaría Fidel:
“Nosotros a
la larga seremos vencedores. ¡Nosotros a
la larga, seremos vencedores en cualquier circunstancia, lo mismo frente a la
agresión económica que frente a la agresión militar! Nosotros a la larga seremos vencedores, y con
nuestra victoria puede ser que los pueblos hermanos de América Latina también
despierten”. (…)
De todas
formas, la Revolución Cubana —como decíamos el 1ro de Mayo— es una realidad en
la historia del mundo, de esas realidades que, mal que les pese a los que no se
resignan a ellas, será una realidad que no podrá borrarse. Nosotros somos hoy la primera trinchera de
América. Las masas humildes de todos los
pueblos de este continente miran hacia Cuba, llenas de esperanza, y no vacilan
en afirmar —sin vacilación alguna— que Cuba es su ejemplo, que del triunfo de
Cuba depende su triunfo. Y ese es el
papel que los cubanos estamos desempeñando en la primera trinchera de América,
¡y esa trinchera la sabremos defender!
¡Esa trinchera no la tomarán jamás los enemigos de nuestras
nacionalidades y de nuestros hermanos de América Latina! ¡Esa trinchera se mantendrá firme e
invencible!, porque los que estamos en ella, los que tenemos el privilegio de
estar en esa trinchera, no la perderemos; los que tenemos el privilegio de
jugar este rol que Cuba está jugando en la historia de este continente,
sabremos estar a la altura de las circunstancias, con la seguridad de que
venceremos, vencerá nuestro pueblo; ¡cueste lo que cueste, vencerá nuestro
pueblo! Porque sus hijos están decididos
a defenderlo, porque sus hijos tienen el valor, el patriotismo y la unión que
en una hora como esta se necesita, porque sus hijos han dicho: ¡Patria o Muerte! Y han dicho ¡Patria o Muerte!, porque esa es
la consigna de cada cubano. Para cada
uno de nosotros, individualmente, la consigna es: ¡Patria o Muerte!, pero para
el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es: ¡Venceremos!
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos! Consigna de pueblo. Han pasado casi 60 años y en su contenido sigue vigente la decisión de no claudicar jamás. Y no solo
de morir por la patria, sino de preservarla para nosotros y dejar la muerte
para los agresores. Y siempre, por
difíciles y adversos que sean los obstáculos: salir vencedores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario