.Orlando Guevara Núñez
La verdadera imagen de la 2506
En una foto de miembros de la Brigada 2506 – léase
Brigada Mercenaria de Playa Girón- aparece una bandera de ese despojo humano,
con una imagen engañosa y distorsionadora de lo que fue al concluir su aventura
contra el pueblo cubano, en abril de 1961.
En ese estandarte nada glorioso, se presenta a un
soldado, fusil hacia adelante, y avanzando él, en pose de ataque, con una
inscripción: Brigada de Asalto. Es como si se quisiera borrar la imagen de lo
que fue esa fuerza mercenaria organizada, entrenada, financiada, dirigida y rescatada –lo que
quedó de ella- mediante indemnización, por el gobierno de los Estados Unidos.
La posición de avance la tuvieron durante el entrenamiento y el tránsito hacia Cuba.
Esperaban, en pocas horas, constituir un gobierno, en un territorio ocupado,
pedir de inmediato ayuda al gobierno yanqui y esperar que la intervención de
éste resolviera lo demás.
Pero ya el Comandante en Jefe Fidel Castro, un mes
antes había hecho una advertencia con visión de futuro: “Lo más que se les ha ocurrido en su vida es
ir allá de mendigos al Gobierno yanqui a
pedirles dinero y a pedirles armas, y a buscar al FBI y a la CIA, los
esbirros yanquis para que les faciliten
armas y les hagan planes y les preparen campañas terroristas. ¿Esos son los
hombres que van a venir a derrocar el pueblo armado? ¡No nos hagan reír! ¿Qué planes hay detrás de
eso? Porque ese gobierno de mercenarios
no les dura en Cuba ni 24 horas”.
En realidad
la criatura –mejor dicho, el monstruo- nació muerto.
A unas 66 horas del desembarco, la Brigada 2506 estaba totalmente derrotada. Su saldo “heroico” fue de 89 mercenarios muertos y 1 197 prisioneros.
Otros lograron reembarcarse, abandonando
el escenario del combate, en precipitada huída que nada tiene que ver con la
“posición de combate” exhibida hoy por lo que fue esa fuerza.
Durante una de las transmisiones televisivas del
juicio a los mercenarios, uno de ellos, José Manuel Gutiérrez, ofreció una
definición sobre las causas de la debacle de la Brigada 2506 en Playa Girón:
“Al otro día por la mañana pasa un jeep diciendo:
ríndanse, ríndanse y tirando tiros; y al
poco rato un grupo de milicianos;
salimos y nos entregamos, el que iba en el jeep era Fidel, y yo le decía a uno:
Por eso nosotros perdimos, porque Fidel está con ellos, peleando en el frente,
y los que estaban con nosotros , los que nos trajeron embarcados, se fueron
después”.
Otro prisionero en el diálogo con Fidel,
expresó: “¿Me permite? ¿Dice que
nosotros no estamos indignados contra los que nos engañaron en el norte? Esos
son los primeros contra quienes estamos indignados nosotros, porque no me
dijeron la verdad, porque nos mandaron a morir con una mentira”.
Hubo un caso demostrativo de la falta de ética y
moral de los mercenarios, de su carencia de solidaridad y humanidad entre ellos mismos. Un relato de uno de los
agresores, José Enrique Dauza, escribió
luego la odisea de cuando él, junto a un grupo que logró reembarcarse, logró
acercarse a los navíos destructores que los habían escoltado.
Al sentir el fuego de las armas cubanas, esos
destructores los abandonaron y navegaron
varios días, hasta ser recogidos por un carguero, cuando ya, por la insolación y el hambre, 12 de los 23
fugitivos habían perdido la vida.
Entre este y otros testimonios recogidos en el libro
Diario
de Girón, del periodista cubano Gabriel Molina, figura el de un asesor
presidencial, Arthur M. Schlesinger,
quien años después afirmó, sobre las causas de la derrota imperial en Playa Girón:
“La realidad fue que Fidel Castro resultó ser un
enemigo mucho más formidable y estar al mando de un régimen mucho mejor
organizado de lo que nadie había supuesto. Sus patrullas localizaron la
invasión casi en el primer momento. Sus aviones reaccionaron con rapidez y
vigor. Su policía eliminó cualquier posibilidad de rebelión o sabotaje detrás
de las líneas. Sus soldados permanecieron leales y combatieron bravamente”.
Le faltó a este analista un hecho decisivo: la
presencia de un pueblo entero dispuesto a defender, al precio de su propia
vida, la Revolución patriótica, democrática y socialista, de los humildes, por
los humildes y para los humildes, proclamada por Fidel la víspera de la agresión. En esa ocasión,
157 cubanos perdieron la vida y centenares fueron heridos, pero todo el pueblo estuvo dispuesto
al holocausto.
¿El elemento que le falta al logotipo de la bandera
de la Brigada 2506? Pues, justamente, un
gorro de cocinero. ¿Acaso no fue esa la misión que unos cuantos de los
mercenarios dijeron venir desempeñando
en la invasión…?
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