.Orlando Guevara Núñez
El Consejo de Estado de la
República de Cuba acaba de convocar a las elecciones generales, en las que
serán electos los delegados a la Asambleas Provincial y Municipal del Poder
Popular, y los Diputados a la Asamblea
Nacional. Para el 22 de octubre está fijada la elección de los delegados en las
circunscripciones, quienes integran las asambleas municipales, proceso que
tiene lugar cada dos años y medio, mientras que los integrantes de las
asambleas provinciales y diputados a la Asamblea Nacional son electos por un
período de cinco años.
Quienes en el exterior gustan de
enjuiciar el sistema eleccionario y la democracia en Cuba, debieran conocer los
principios que las rigen, e incluso compararlos con los de sus países de
residencia y de la llamada democracia representativa, practicada por los
defensores del capitalismo.
La primera gran diferencia es
quiénes son los candidatos, quién los nomina y elige. En Cuba los candidatos a
delegados a las asambleas municipales
son nominados entre todos los ciudadanos cubanos que en pleno goce de
sus derechos políticos sean propuestos y aprobados por el pueblo en las
asambleas de circunscripción.
La Ley Electoral cubana solo establece
exclusión para el ejercicio del voto y para ser elegido a las personas
siguientes:
a)
los incapacitados mentales, previa declaración judicial de incapacidad;
b)
los inhabilitados judicialmente por causa de delito, bien se encuentren
recluidos en centros penitenciarios o en sus domicilios, en libertad
condicional o gozando de pase;
c)
los que se les ha impuesto sanción de privación de derechos públicos a partir
del cumplimiento de su sanción de privación de libertad.
El
voto es enteramente libre con derecho de los ciudadanos a partir de los 16 años
de edad.
Veamos esto desde el escalón
primario, la Circunscripción electoral. En este nivel se desarrollan, según su
población, varias asambleas. En cada una, la propuesta de candidato sale de las
masas. Son ellas las que proponen y eligen, mediante el voto público. Ya
seleccionados los candidatos, dos como mínimo y ocho como máximo, se elabora
por una Comisión la candidatura de la circunscripción.
A partir de ese momento, de cada
candidato se elabora una biografía, la cual, junto a su foto, debe ser expuesta
públicamente, con igual prioridad para todos, en lugares públicos visibles y
con 30 días de antelación a las elecciones. Ninguna organización, ni órgano de
prensa, ni entidad, puede hacer campaña que favorezca a uno de los candidatos.
El único aval de los nominados es su propia vida, su obra, su dedicación a la
defensa de su pueblo.
Una particularidad cubana es que
ningún delegado a las asambleas municipales, provinciales y diputados a la
Asamblea Nacional, recibe remuneración económica por sus servicios como tales.
Puede que sean obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, militares u
otras categorías; pero siguen obteniendo los mismos salarios de sus respectivas
funciones.
Las elecciones se desarrollan en
la circunscripción con la más elevada transparencia. Con anterioridad, se
publican también los listados de los electores, los que tienen derecho a
cualquier corrección necesaria. En cada colegio electoral funciona un equipo
encargado de dirigir todo el proceso, desde la votación hasta el conteo de los
votos e información sobre los resultados, pasos con carácter público.
Todos los municipios están
divididos en circunscripciones. Y cada circunscripción elige a un delegado. El
conjunto de los elegidos, constituidos en la Asamblea Municipal, eligen a su
presidente, vicepresidente y secretario. Son la máxima autoridad de gobierno en
el municipio.
Otro dato importante es que los
mismos que eligen, tienen el derecho a la revocación de los elegidos, quienes, cada
seis meses, en reuniones populares, están obligados a rendir cuentas sobre su
gestión. Tienen que informar sobre las gestiones para solucionar los problemas
planteados tanto en asambleas como en despachos personales. Y encauzar la acción
de las masas para resolver dificultades,
en su área, con sus propios esfuerzos.
Así, el sistema electoral cubano
es una genuina democracia participativa, donde el pueblo es verdadero
protagonista de una sociedad como la vislumbró el Héroe Nacional cubano, José
Martí: Con todos y para el bien de todos.
En Cuba, los candidatos no son
enemigos entre sí. Y el proceso eleccionario es escenario no de luchas
divisionistas, sino de fortalecimiento de la unidad del pueblo.
En el mundo capitalista, las
elecciones son sinónimo de lucha por el poder, el cual representa
enriquecimiento, privilegios, reafirmación del mandato para que los ricos sean
cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. En Cuba, son sinónimo de
fortalecimiento organizativo, institucional, y unidad. Porque en este país, el
gobierno es el pueblo y el pueblo es el gobierno.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario