.Orlando
Guevara Núñez
La
Plata, primer combate victorioso del naciente Ejército Rebelde, marcó
hitos importantes en el ulterior desarrollo de la guerra revolucionaria hasta
el triunfo final contra la sangrienta tiranía que durante siete años hundió al
país en el oprobio y el crimen.
Era
la época en que todavía se contaba con más hombres que armas, pues éstas
sumaban sólo 24, mientras que los hombres eran 29.
Para
el ataque, fueron formados por Fidel cuatro pequeños grupos, integrados de la
forma siguiente: Fidel Castro, el máximo jefe guerrillero, con Ernesto
Guevara (Che), Calixto García, Manuel Fajardo, Luis Crespo y Universo Sánchez.
Otro grupo estuvo encabezado por Raúl Castro y lo integraron Ciro Redondo,
Efigenio Aimejeiras, Armando Rodríguez y José Morán (luego traidor).
Juan
Almeida Bosque, tuvo a su mando a Guillermo García, Crecencio Pérez, Manuel
Acuña, Ignacio Pérez, Sergio Acuña y Sergio Pérez. Y otro grupo fue dirigido
por Julito Díaz e integrado por Camilo Cienfuegos, Calixto Morales y Reynaldo
Benítez.
Cuatro
combatientes recibieron la misión de custodiar al chivato Chicho Osorio y a
otros detenidos civiles. Ellos fueron: Daniel Motolà, Julio Zenón, Yayo
Castillo y Nango Rey.
Una
ráfaga disparada por Fidel, inició el combate alrededor de las 2:00 de la
madrugada, extendiéndose durante unos 40 minutos. El pequeño cuartel, ubicado
en la zona costera, estaba ocupado por cinco soldados y cinco marineros, bajo
el mando de un sargento.
El
saldo final fue de dos muertos y cinco heridos por parte del enemigo. De los
heridos, tres fallecieron después. Nueve fusiles y una ametralladora pasaron a
manos de los rebeldes, quienes, por primera vez, contaban con más armas que
hombres. La guerrilla no tuvo ni muertos ni heridos. La victoria había sido
total.
El
triunfo de La Plata, demostró que la guerrilla existía, que no había sido
aniquilada como lo informaba la dictadura batistiana.. Fue, además, un
factor importante para el crecimiento del apoyo campesino y de los luchadores
clandestinos a la guerra revolucionaria recién iniciada.
Se
iniciaba con esa acción, el método de lucha guerrillero, obligando a las
fuerzas de la tiranía a combatir de una forma en la cual no estaban preparadas,
ni podrían tener éxito durante toda la guerra.
Dos
aspectos que caracterizaron al Ejército Rebelde hasta el mismo triunfo
revolucionario, estuvieron presentes en La Plata. El primero, arrebatarles las
armas al enemigo. Segundo, la ética, el respeto a los vencidos.
En
los apuntes de su diario, el hoy General de Ejército Raúl Castro señaló sobre
el combate de La Plata. “Le prendí fuego al cuartel, la única casa que quedaba
sin arder y después de colocar los heridos distantes del fuego, nos marchamos.
El herido que me regaló el cuchillo, creyendo que nos íbamos, empezó a gritar
lastimosamente: ´No me dejen solo que me muero´. El ignoraba que momentos
después volverían tres de sus compañeros con medicinas nuestras para curarlos”.
En
otra parte de sus notas, Raúl plasma con nitidez los principios del naciente
Ejército Rebelde: “Tomamos rumbo hacia el campamento. Me puse al lado de un
prisionero y echándole un brazo por arriba de los hombros, así fui hablando con
él de la ideología de nuestra lucha, del engaño de que eran víctimas ellos por
parte del gobierno y todo lo concerniente al tema que el tiempo y lo
corto del camino nos permitió. El me pidió que anotara su nombre y que en el futuro
no me olvidara de él, ya que era pobre, que mantenía a su mamá, y él no sabía
lo que iba a pasar. Nos despedimos de los prisioneros con un abrazo, soltamos a
los civiles presos. Unos de ellos nos serviría de guía” (…)
Transcurridos
60 años de la histórica victoria de La Plata, primer triunfo que abrió el
camino hacia el 1ro. de enero de 1959, se cumple con creces el vaticinio hecho
por Raúl cuando los guerrilleros regresaban a las montañas luego de terminado
el combate: “Desde lo lejos, se veían arder sobre los cuarteles de la opresión,
las llamas de la libertad. Algún día no lejano, sobre esas cenizas levantaremos
escuelas”.
Hoy,
la Patria toda es una gigantesca escuela. Y las llamas de La Plata, continúan
iluminando el camino de la Revolución.
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