martes, 27 de septiembre de 2016

Estados Unidos contra Cuba: la manía de fabricar “héroes”




. Orlando Guevara Núñez
En su lucha contra Cuba, los gobiernos de los Estados Unidos no han escatimado esfuerzos en tratar de formar “héroes” que, desde adentro, contribuyan a socavar la fortaleza de la Revolución y sirvan de base a sus aspiraciones de regresarnos al pasado capitalista. Los intentos  vienen desde antes del triunfo del  1ro. de enero de 1959.
En los días finales de la guerra contra la tiranía de Fulgencio Batista, a la cual habían apoyado con armas y asesores militares. El gobierno norteamericano hizo todo los posible con el fin de que Fidel Castro no llegara al poder. Y uno de los métodos fue, cuando ya sabían perdida su “causa”, aconsejar al tirano el abandono del país, pero dejando una junta que asumiera el poder y escamoteara el triunfo revolucionario.
De inmediato fueron seleccionados los” sucesores”  del gobierno vencido. Pero la utilización de la “materia prima” para fabricar los nuevos “cuadros” no pudo ser más pésima: militares, personajes corruptos, políticos que estaban dispuestos a hacerle el juego a los dictámenes imperiales. Así, fraguaron un golpe de estado en la capital cubana, con nuevo presidente y todo. Pero, al decir de una canción del afamado músico cubano, Carlos Puebla, “Llegó el Comandante y mandó a parar”.
Pero no cesaron en el empeño. Siempre, a sus actos agresivos, sumaron el interés de fabricar líderes  y oposición interna que no existían, albergando la aspiración de conventirlos en una punta de lanza que se autoproclamara como gobierno y pidiera la ayuda que les permitiera  una intervención militar en Cuba.
Nuevo fracaso de ese estúpido intento. De nuevo la “materia prima” fue de pésima calidad: ex militares, personas desplazadas del poder, lumpens, traidores a la Revolución. A ese tipo de gente, los proclamaron como héroes, los santificaron, los financiaron, los armaron y compartieron con ellos las aventuras que siempre los condujeron al fracaso. No lograron siquiera  la unidad programática y de acción de los cabecillas contrarrevolucionarios.
Con el paso de los años, los métodos fueron cambiando, hasta desembocar en los llamados disidentes. Pero tampoco su “materia prima”  podía darles un mejor  “resultado productivo”. Camajanes, vividores, vende patrias, personas incapaces de hacer el menor esfuerzo en aras del pueblo cubano, fueron reclutados para el mercenarismo. Pero los nombraron como “héroes”, como luchadores, como líderes, para los cuales no ha faltado el apoyo y, sobre todo, el  financiamiento. Aún sin creer en ellos, los han sostenido, aspirando a transformarlos en personas influyentes dentro de los cubanos.
Hace algún tiempo, la propia Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, emitió criterios sobre la calidad de su producción de cuadros en Cuba. Estas fueron solo algunas de sus evaluaciones.
• Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no trabajan bien en equipo
• Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes principales tengan mucho impacto en los cubanos de a pie
• Las encuestas informales que hemos hecho entre solicitantes de visas y refugiados muestran que las personalidades disidentes o sus agendas son prácticamente desconocidas
• Tengan o no las organizaciones de oposición agendas capaces de atraer la atención de una amplia gama de intereses en la isla, es preciso que empiecen por lograr cierto grado de unidad de objetivos como oposición o al menos que dejen de gastar tanta energía en serrucharse el piso los unos a los otros
• Pese a sus afirmaciones de que representan a “miles de cubanos”, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo, al menos desde nuestra óptica, limitada, en la Habana
• Cuando cuestionamos a los líderes disidentes sobre sus programas, no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores claves
• Si bien la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos
• Los de la isla acusan a los exiliados de Miami y Madrid de tratar de organizar sus acciones desde lejos y de no presentar cabalmente sus criterios ante los artífices de política de Washington
• Resulta irónico que en muchos casos la “comunidad del exilio” incluye a ex disidentes que hace muy poco abandonaron la isla, de manera que sus estrechas relaciones con los disidentes que permanecen en el país no parecen suficientes para mantenerlos en buenos términos con estos
• Son muy pocos los disidentes, si es que hay alguno, con una visión política aplicable a un gobierno futuro
• Pese a que no lo admitirían, los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa.
Los comentarios huelgan. Pero el gobierno norteamericano necesita de este tipo de gente en su enfermizo propósito de destruir a la Revolución. Lo que predican a través de su guerra mediática es verticalmente opuesto a la realidad.
En esa manía de fabricar héroes para injertarlos en el proceso revolucionario cubano e inocularle el veneno que destruya a la Revolución, aplican ahora el engendro del “Programa de verano para jóvenes cubanos”, bajo el ropaje de una falsa Organización No Gubernamental- la World Learning - cuya filiación subversiva de sobra se conoce.
Dentro de sus propósitos confesos está  “el desarrollo de habilidades en áreas que incluyan hablar en público, trabajar en equipo, negociar, fomentar consenso, resolución de conflictos, defender los derechos propios, y solución de problemas.”
El estudiantado cubano no necesita tal asesoramiento, menos del   gobierno de un país donde la aplicación de estos postulados es  una burla a los verdaderos derechos humanos, la democracia y la libertad.  Los cuadros que en un futuro dirigirán a la Revolución cubana, tienen una mejor academia para formarse: en la lucha diaria para mejorar, engrandecer y defender su socialismo. En la lucha contra el bloqueo y demás leyes criminales que los pretendidos profesores aplican contra su país.
Una vez más, se equivocan en la selección de la “materia prima”. Y se equivocan en los métodos para derrotar a la Revolución. Porque esta Revolución es, sencillamente, invencible. Y sus héroes, surgen del pueblo, de la lucha, no de tubos de ensayo, ni de experimentos cuyo fin es destruir su obra.

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