.Orlando Guevara Núñez
Conversando con un dirigente del Partido Socialista Popular
(PSP) en aquella época, el compañero Walfrido La O
Estrada, me
refirió una historia poco conocida acerca de la forma en que algunos
dirigentes de ese organismo fueron incluidos y procesados en la causa
relacionada con los hechos del 26 de Julio de 1953.
El 24 de julio de ese
año, el entonces Secretario General del Partido Socialista Popular (PSP) en el
país, Blas Roca Calderío, cumplió 45 años de edad. Con tal motivo, el
Secretariado Nacional asignó a su Comité Provincial en Oriente organizar ese día un homenaje al destacado
dirigente, actividad que tendría lugar en Santiago de Cuba.
En esa propia fecha llegaron a la capital oriental Blas y
varios dirigentes del PSP, entre ellos su Presidente, Juan Marinello Vidaurreta
y Lázaro Peña, así como integrantes de las direcciones en municipios habaneros
y otros de la región oriental.
En su aniversario 45, el maestro de la clase obrera recibiría
un regalo aprobado por todas las organizaciones de base del Partido: estar al
día en la cotización partidista y saldar todas las deudas del periódico Noticias de Hoy - su órgano oficial
- así como otros adeudos relacionados con ediciones de propaganda. Los
simpatizantes del Partido, quienes hacían su aporte sin ser militantes, también
estarían actualizados.
La otra parte del homenaje sería un almuerzo en el local del
Gremio de Panaderos de Santiago de Cuba. Todo dentro de la modestia y de la
austeridad que regían la vida de los comunistas cubanos, constantemente
acosados por la tiranía batistiana.
Para el citado almuerzo, se contaba con el permiso del
Gobernador Provincial. No obstante, el propio Blas Roca indicó a uno de los
compañeros de la
Dirección Provincial del PSP que fuera al cuartel Moncada y
pusiera en conocimiento de Alberto del Río Chaviano, jefe de ese Regimiento
Militar, la celebración de la actividad, pues conocía que este personaje se
oponía a las reuniones de los comunistas.
El resultado de la gestión no pudo ser peor. El esbirro
batistiano ni siquiera recibió al enviado del PSP. Delegó en su ayudante, cuya
respuesta fue categórica: “Ni Chaviano ni yo autorizamos a los comunistas a
reunirse”.
Al conocer la respuesta, Blas se encontraba, junto a otros
dirigentes, en la casa natal de Antonio Maceo. Ante la imposibilidad de
utilizar el local del Gremio de Panaderos, se plantea efectuar el almuerzo en un kiosco del
carnaval, propiedad del Partido. Fue entonces cuando “Fifí” Maceo, descendiente de la heroica familia santiaguera,
le expresó al Secretario General del PSP que Batista y Chaviano podrían impedir
el almuerzo en el lugar donde se había programado, pero que en su casa seguía
mandando el General Antonio y allí ellos no podrían entrar.
La misma “Fifí”
solicitó a Juan Marinello que pronunciara las palabras de homenaje a
Blas. Y el Presidente del PSP habló sobre la vida ejemplar del obrero zapatero
devenido en dirigente del proletariado, sobre su espíritu de superación, su
fidelidad a la clase obrera y su ejemplo para el resto de los dirigentes y
militantes comunistas.
Así transcurrió el onomástico 45 de Blas Roca. Pero vendrían
entonces otras y más graves complicaciones.
En la mañana del 25 de julio, el homenajeado y Marinello
partieron vía aérea hacia la capital del país, mientras que Lázaro Peña y
Joaquín Ordoqui lo hacían por carretera hacia Holguín, donde celebrarían una
reunión. Los compañeros procedentes de los municipios habaneros fueron
invitados a una noche de Carnaval, para partir luego, en ómnibus, a sus lugares
de origen.
Así, cuando en la madrugada del 26 de Julio de 1953 se
produce el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel
de Céspedes, en Bayamo, teniendo
Chaviano conocimiento sobre la presencia de los dirigentes comunistas en
esta ciudad, los relaciona de inmediato con la acción. Y comienza la cacería.
Romárico Cordero, miembro de la Dirección Nacional
del PSP y dirigente agrario, avisa con rapidez a la dirección santiaguera para
que saquen de su local a todos los compañeros, pues ya se comentaba que los
comunistas estaban peleando en el Moncada y seguramente el lugar sería
allanado.
Blas y Marinello, por haberse marchado antes, escapaban de la
redada. Pero Lázaro Peña y Joaquín Ordoqui fueron apresados en Holguín e
involucrados en el proceso judicial por el asalto moncadista, en el cual fueron absueltos. Un grupo de los
habaneros resultaron detenidos en Camagüey, algunos de ellos fueron
maltratados, golpeados y heridos.
Estos bochornosos acontecimientos hicieron del cumpleaños 45
de Blas Roca un episodio triste. Era la faceta real de un gobierno llamado
democrático, donde ni siquiera para un homenaje a uno de sus líderes podían
reunirse los comunistas. Desde su fundación, en 1925, hasta el triunfo de la
Revolución, el Partido de los comunistas cubanos solo pudo actuar 8 años en la
legalidad.
La figura de Blas es hoy símbolo de todo un pueblo que
lo recuerda con cariño. El fue un pilar para que a Cuba no regrese jamás la ignominia del capitalismo. Fue, es y
continuará siendo, fuente de inspiración para el pueblo cubano en su larga
lucha por mantener la obra conquistada.
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