.Orlando Guevara Núñez
Con esta afirmación expresa Martí su admiración y respeto por el Titán de Bronce, Antonio Maceo Grajales. El 6 de octubre de 1893, en el periódico Patria, es publicado el artículo donde aparece esta cita, con el título de: Antonio Maceo.
Ahí puede leerse textualmente: “De la madre, más que del padre, viene el hijo, y es gran desdicha deber el cuerpo a gente floja o nula, a quien no se puede deber el alma; pero Maceo fue feliz, porque vino de león y de leona”.
Cuando esto se escribe, Maceo estaba residiendo en Costa Rica. Y Martí elogia la forma modesta, honrada y laboriosa del héroe cubano, “En Nicoya vive ahora, sitio real antes de que la conquista helase la vida ingenua de América, –dijo Martí- el cubano que no tuvo rival en defender, con el brazo y el respeto, la ley de su república”. Describe cómo es la vida allí de Maceo; se refiere también a María Cabrales, a sus virtudes.
Es en este escrito donde Martí expresa sobre Antonio Maceo otro pensamiento bastante conocido por los cubanos: “Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo”.
En esa caracterización, afirma Martí:”No deja frase rota, ni usa voz impura, ni vacila cuando lo parece, sino que tantea su tema o su hombre. Ni hincha la palabra nunca ni la deja de la rienda. Pero se pone un día el sol, y amanece al otro, y el primer fulgor da, por la ventana que mira al campo de Marte, sobre el guerrero que no durmió en toda la noche, buscándole caminos a la patria. Su columna será él, jamás puñal suyo. Con el pensamiento la servirá, más que con el
valor. Le son naturales el
vigor y la grandeza. El sol, después de aquella noche, entraba a raudales por
la ventana”.
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