Orlando Guevara Núñez
Es uno de los muchos pensamientos martianos sobre la enseñanza. En este caso, Martí se está refiriendo a un tema: trabajo manual en las escuelas, publicado en el periódico La América, de Nueva York, en febrero de 1894.
Está proponiendo directamente, la combinación del trabajo práctico con el estudio en las escuelas dedicadas a la agricultura. Defiende la validez de esa propuesta, argumentando que todo lo aprendido en teoría dará mejores resultados si se conoce también en la práctica.En el artículo se comienza haciendo alusión a un informe de los colegios de la agricultura en los Estados Unidos, donde no se enseñan tanto las leyes teóricas del cultivo, como el conocimiento y manejo directo de la tierra que “da de primera mano y claramente, y con amenidad inimitable, las lecciones que siempre salen confusas de libros y maestros”
“Con el trabajo manual en la Escuela – afirma – el agricultor va aprendiendo a hacer lo que ha de hacer más tarde en campo propio; se encariña con sus descubrimientos de las terquedades o curiosidades de la tierra como un padre con sus hijos; se aficiona a sus terruños que cuida, conoce, deja en reposo, alimenta y cura, tal y de muy semejante manera, como a su enfermo se aficiona un médico”.
Después de desear esa educación natural para todos los países nuevos de América, termina con una invitación: “Y detrás de cada escuela un taller agrícola, a la lluvia y al sol, donde cada estudiante plante un árbol. De textos secos, y meramente lineales, no nacen, no, las frutas de la vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario