Orlando Guevara Núñez
La carta en la que José Martí escribió este pensamiento, fue escrita en Nueva York, el 10 de enero de 1892, dos días antes de la que publicó como respuesta a las ofensas de Enrique Collazo Está dirigida a su amigo Eligio Carbonell.
Al mencionar ese tema, expresa que hay pocos mármoles sin vetas negras. Se regocija de que la nobleza y sensatez de Tampa hayan sido superiores a la malignidad con la cual se pretendió dividir a los patriotas. Le dice al amigo, al referirse a las opiniones de Collazo: “Yo no soy como la carta dice, Eligio, sino como usted me cree y me desea”.
Le relata que durante su
travesía en el vapor que lo llevaba como desterrado a Ceuta, había conversado “con ese bueno de Ramón Roa que iba, libre de
todo, menos de la conciencia, que no lo dejaba dormir, a exigir a Martínez
Campos el cumplimiento que obtuvo de los arreglos secretos del Zanjón”.
Y le comenta: “Este mundo tiene increíbles vilezas,
ocasionadas casi todas por el interés. No hay más modo de salvarse, Eligio, que
moderar las necesidades. La sobriedad es la virtud El que necesita poco es fácilmente honrado. Pero de todo consuela
saber que hay por este mundo mármoles
enteramente blancos
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