.Orlando Guevara Núñez
A su queridísimo hermano de
luchas, Fermín Valdés Domínguez, está dirigida la carta en que Martí expone
este aforismo. Está fechada en Nueva York, en mayo de 1894,
Se
está refiriendo, sin duda, a la cercanía del inicio de la guerra por la
independencia cubana. Le habla sobre la difícil vida de los cubanos en el
exilio. Y le afirma que “por fortuna vivimos unos cuantos, que moriremos por abrirles tierra”. Y más adelante: “Creo que ya
vamos hasta por la cintura en la maravilla. Sudo muerte; pero vamos llegando. Y tengo una fe absoluta en mi pueblo, y
mejor mientras más pobre: a ver si me falla. Esa sí que sería puñalada mortal”.
Le
expresa a Fermín su alegría por la creación de un nuevo Club “Que no valdrá
porque lleve nuestros nombres, sino por las virtudes que en nosotros creen ver
sus fundadores, que con serlo, se revelan capaces de ellas”. Y se lamenta de
que “Por ahí es por donde nuestra tierra está pecando: por los feos y escasos que
andan, por ahí, el amor y la amistad”.
En
esta misiva hace Martí una alusión a las ideas socialistas. Comienza celebrándole
a Fermín “el cariño con que tratas, y tu
respeto de hombre, a los cubanos que por ahí buscan sinceramente, con este
nombre o aquel, un poco más de orden cordial, y de equilibrio indispensable, en
la administración de las cosas de este mundo”. Se está refiriendo,
precisamente, a los portadores de de esas ideas. Y a continuación expone: “por lo noble se ha de juzgar: y no por esta
o aquella verruga que le ponga la pasión humana”.
Y
vierte un criterio: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras:
el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en
el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros donde alzarse, frenéticos
defensores de los desamparados”. Y ejemplifica con el caso de Marat, en
Francia, y otros.
Sin
embargo, le afirma a su amigo: “Pero en nuestro pueblo no es tanto el riesgo,
como en sociedades más iracundas y de menos claridad natural; explicar será
nuestro trabajo, y liso y hondo, como tú lo sabrás hacer: el caso es no
comprometer la excelsa justicia por los modos equivocados o excesivos de pedirla”
Como
se sabe, al inicio, Martí objetó la prédica de los socialistas de utilizar la
violencia contra los capitalistas para ganar sus derechos, así como también la
aplicación en los Estados Unidos de las ideas de los anarquistas, surgidas en
las condiciones de Europa, no de este país.
Y luego fustigó al capital por su explotación a los obreros. Y creó al
Partido Revolucionario Cubano para dirigir la guerra, como única vía para la
independencia, y fundar luego la república con todos y para el bien de todos.
Otra
sentencia en esta carta: “No hay sermón como el de la propia vida”
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