.Orlando Guevara Núñez
Esta afirmación del Héroe
Nacional cubano, José Martí, nos ayuda a comprender mejor el fenómeno que está
estremeciendo hoy los cimientos del corrompido sistema capitalista en disímiles
puntos de nuestra América.
Casos representativos con
Chile y Ecuador, donde millones de personas se lanzan a las calles y reclaman
sus derechos pisoteados. Los gobiernos traidores, queriendo ocultar la
realidad, acusan a naciones extranjeras de incitar a esas rebeliones. Pero son
incapaces de reconocer que los verdaderos culpables son la pobreza, la
explotación, y el saqueo que padecen sus pueblos, sometidos a un solo dictamen:
el del imperio norteamericano, con sus tentáculos mortales de la CIA, del FMI y
otros mecanismos estranguladores.
La actual posición de AMLO
en México, la victoria de Alberto y Cristina en Argentina, la derrota electoral
del gobierno en Colombia, y las manifestaciones en otros puntos de nuestra
geografía continental, son un claro signo de las masas están decididas a luchar
por el mundo mejor que hoy es posible.
La firmeza de las
revoluciones de Cuba, de Venezuela, de Nicaragua y de Bolivia, enfrentando y
venciendo agresiones, sanciones, bloqueo, siempre acompañado de las mentiras y
el intento de aislamiento, demuestran que los pueblos, cuando adquieren conciencia
sobre sus derechos, y están dispuestos a defenderlos, son, sencillamente,
invencibles.
La reciente victoria de Cuba
en la ONU frente al bloqueo económico, comercial y financiero a este país
durante 60 años, confirma la fortaleza de quienes luchan con la razón de su
parte. En las calles de nuestra sufrida América, muchos de sus hijos están
luchando para hacer realidad los sueños de Bolívar y de Martí, continuados por
Fidel y Chávez y ahora por Díaz-Canel y Maduro.
La historia demuestra que
los capitalistas no pueden existir sin los trabajadores, los campesinos, los
estudiantes, los intelectuales y otros sectores de la sociedad, pero éstos sí
pueden vivir sin los capitalistas.
Y la victoria será de los pueblos, es decir, de
los verdaderos jefes de las revoluciones.
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