.Olando Guevara Núñez
Firmada en Nueva York, en
octubre de 1893, escribió Martí una carta a su amigo Sotero Figueroa,
Secretario del Cuerpo de Consejo de esa ciudad de Estados Unidos. En esa misiva
está contenido este pensamiento.
Asevera que “nosotros
encendemos el horno para que todo el mundo coma en él pan”. Y agrega que él, si
vive, se pasará la vida a la puerta del horno, impidiendo que le nieguen pan a
nadie y menos, por lección de caridad, a quien no trajo harina para él. Ese
espíritu de justicia y en contra de las desigualdades, fue una constante en el
ideario martiano. Y por eso, al final, le afirma a Sotero Figueroa: (…)
“Valgámonos a tiempo de toda nuestra virtud, para levantar, en el crucero del
mundo, una república sin despotismo ni castas.
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