.Orlando Guevara Núñez
Con esa afirmación
concluye Martí su artículo dirigido al
Director del diario venezolano La
Nación. La carta está fechada en
Nueva York, el 21 de febrero de 1883, y publicada por el citado periódico el 31
de marzo de ese igual año.
Dos temas principales se
abordan en este escrito, anunciados como desgracias. Uno, el proteccionismo que
va en detrimento de muchos productores nacionales. El otro, una devastadora
inundación causante de destrucción y muerte; menciona a Luisiana y Cincinnati
como arrasadas. Pero Nueva York centra su atención en el oro, en las riquezas,
en los aranceles
Hace referencia a los
aprietos del gobierno republicano, acusados de varias medidas desfavorables
para el país y los productores, de las reformas prometidas. Hace alusión al
partido de los demócratas, pero llega a una conclusión: “Todo apunta al
menester supremo: sacar los negocios
públicos de manos de los que trafican en ellos”
De hecho plantea la interrogante de si los demócratas, logrado
el triunfo harían gala mayor de independencia.
“La virtud –dice- es presumible, cuando está del lado del
interés, y solo en el ejercicio de la virtud reside el triunfo”
Sobre quienes tienen la
responsabilidad del gobierno, dice: “No puede ser representante honrado el que
va al Parlamento lleno de gratitudes, y de mercedes recibidas, y de trata
tácita o expresa con el cacique que lo
nombra. ¡Tales siervos no pueden ser los encargados de defender la libertad!
Al final hace mención de personas para tener
puestos los ojos en lo relacionado con los bienes públicos. Es en ese contexto
que afirma la verdad de que los malos no triunfan sino donde los buenos son
indiferentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario