Fragmentos del discurso del canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, en la ONU.
Señor Presidente:
El pasado martes, el Presidente Donald Trump vino a
convencernos de que uno de sus propósitos es promover la prosperidad de las
naciones y de las personas.
Pero en el mundo real, ocho hombres poseen, en
conjunto, la misma riqueza que los 3 mil 600 millones de seres humanos que
integran la mitad más pobre de la humanidad.
En términos de facturación, 69 de las 100 mayores
entidades del mundo son empresas trasnacionales, no Estados .Juntas, las
diez mayores corporaciones del mundo tienen una facturación superior a los
ingresos públicos de 180 países sumados .
Son extremadamente pobres 700 millones de personas
; 21 millones son víctimas de trabajo forzoso; 5+ millones de niños
murieron en 2015 antes de cumplir cinco años, por enfermedades prevenibles o
curables ; 758 millones de adultos son analfabetos .
Ochocientos quince millones de personas padecen hambre
crónica, decenas de millones más que en 2015. Dos mil millones están
subalimentadas. De recuperarse el precario ritmo de disminución de los últimos
años, ahora interrumpido, 653 millones de personas seguirán hambrientas en 2030
y no sería suficiente para erradicar el hambre en el 2050 .
Hay 22,5 millones de refugiados . Se agravan las
tragedias humanitarias asociadas a los flujos de migrantes y su número crece en
un orden económico y político internacional claramente injusto.
La construcción de muros y barreras, las leyes y
medidas adoptadas para impedir las oleadas de refugiados y migrantes, han
demostrado ser crueles e ineficaces. Proliferan políticas excluyentes y
xenófobas que violan los derechos humanos de millones de personas y no
resuelven los problemas del subdesarrollo, la pobreza y los conflictos, causas
principales de la migración y la solicitud de refugio.
Los gastos militares ascienden a 1,7 millones de
millones de dólares . Esa realidad contradice a quienes alegan que no hay
recursos para acabar con la pobreza.
Pero la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
carece de medios de aplicación, por egoísmo y falta de voluntad política de los
Estados Unidos y otros países industrializados.
¿Cuál es la receta milagrosa que nos recomienda el
Presidente Trump, a falta de los flujos financieros del Plan Marshall? ¿Quiénes
pondrán ahora los recursos para ello? ¿Cómo puede esto reconciliarse con la
idea de los Presidentes Reagan hace décadas y Trump ahora, de “América First”?
Ignora y tergiversa la historia y presenta como
objetivo una quimera. Los patrones de producción y consumo propios del
capitalismo son insostenibles e irracionales y conducen, inexorablemente, a la
destrucción del medioambiente y al fin de la especie humana.
¿Acaso pueden olvidarse las consecuencias del
colonialismo, la esclavitud, el neocolonialismo y el imperialismo?
¿Las décadas de sanguinarias dictaduras militares en
América Latina pueden presentarse como ejemplo de un capitalismo exitoso?
¿Alguien conoce recetas de capitalismo neoliberal
mejor aplicadas que las que destruyeron las economías latinoamericanas en la década
de los 80 ?
Es imprescindible e impostergable que las Naciones
Unidas trabajen por establecer un nuevo orden económico internacional
participativo, democrático, equitativo e incluyente, y una nueva arquitectura
financiera que tomen en cuenta los derechos, necesidades y particularidades de
los países en desarrollo y las asimetrías existentes en las finanzas y el
comercio mundial, resultado de siglos de explotación y saqueo.
Los países industrializados tienen el deber moral, la
responsabilidad histórica y cuentan con los medios financieros y tecnológicos
suficientes para ello.
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