.Orlando Guevara Núñez
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos
(0EA), para los cubanos MCY (Ministerio de Colonias Yanquis), Luis Almagro
Lemes, vive con más de 55 años de atraso. Este individuo cree estar viviendo
todavía en los primeros años de la década del 60 del pasado siglo, cuando esta
organización, como instrumento servil del gobierno norteamericano y de las
oligarquías dominantes en la mayoría de los países latinoamericanos, adoptaba
acuerdos que iban siempre contra los intereses de los pueblos para preservar y
afianzar la de los explotadores, corruptos y asesinos.
Ahora se aparece este señor con la intención de venir a Cuba a recibir un "premio" por sus servicios en su especialidad: oponerse a los verdaderos intereses de los pueblos.
No es capaz el señor Almagro de asimilar la verdad
histórica de que Cuba, el país sancionado primero y expulsado después de esa
inmoral organización, hoy con la frente más alta, sigue siendo un ejemplo imposible
de borrar y sigue brillando con luz propia en nuestro continente y más allá,
mientras la OEA está más hundida en el desprestigio.
Recordamos que en aquella ocasión, el 4 de febrero de
1962, más de un millón de cubanos en la capital, en representación de todo el
pueblo, aprobaron la Segunda Declaración
de La Habana. Cuba quedó aislada de los gobiernos sometidos al mandato de la
OEA y del imperio del Norte, pero no pudo ser aislada de los pueblos.
Los cubanos, en patriótica respuesta, dijimos a una sola
voz: Con OEA o sin OEA ganaremos la
pelea. Y la ganamos. Y la seguimos ganando. Y la seguiremos ganando. Los
aisladores de ayer, son los aislados de hoy. Pero es evidente que el vasallo
imperial, además de desmemoriado, parece estar ciego para no ver esa realidad.
En nombre de los derechos humanos y de la democracia –
pero sirviendo siempre a los culpables de que en el mundo existan tantos
humanos sin derecho y tanta caricatura de democracia- no ha aprendido tampoco
la lección cubana de que la dignidad y los principios no son ni negociables, ni
discutibles, ni pueden ser burlados por quienes viven al margen de esos
conceptos.
¡Qué poco conoce este individuo al gobierno y al pueblo
de Cuba!
Pensar que ese maridaje con mercenarios y otros enemigos
de la Revolución puede actuar con impunidad en Cuba, es sencillamente eso:
desconocer quiénes somos y nuestra capacidad y moral para pulverizar tan
groseras intenciones.
Que el actual “Ministro” de Colonias Yanquis y sus socios
se cocinen en su propia salsa. Los cubanos seguimos adelante, haciendo más revolución,
más socialismo y erigiéndonos, cada día, como un baluarte más invencible de la
libertad, la independencia y la soberanía, palabras que alguien pudiera
explicar en su contenido a quien y quienes, evidentemente, no las tienen en sus
diccionarios.
A decir de buen cubano, el señor Almagro y comparsa se cogieron... el dedo con la puerta...
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