miércoles, 22 de febrero de 2017

Almagro y comparsa se cogieron el... dedo con la puerta...





 .Orlando Guevara Núñez

El  Secretario General  de la Organización de Estados Americanos (0EA), para los cubanos MCY (Ministerio de Colonias Yanquis), Luis Almagro Lemes, vive con más de 55 años de atraso. Este individuo cree estar viviendo todavía en los primeros años de la década del 60 del pasado siglo, cuando esta organización, como instrumento servil del gobierno norteamericano y de las oligarquías dominantes en la mayoría de los países latinoamericanos, adoptaba acuerdos que iban siempre contra los intereses de los pueblos para preservar y afianzar la de los explotadores, corruptos y asesinos.
 Ahora se aparece este señor con la intención de venir a Cuba a recibir un "premio" por sus servicios en su especialidad: oponerse a los verdaderos intereses de los pueblos.
No es capaz el señor Almagro de asimilar la verdad histórica de que Cuba, el país sancionado primero y expulsado después de esa inmoral organización, hoy con la frente más alta, sigue siendo un ejemplo imposible de borrar y sigue brillando con luz propia en nuestro continente y más allá, mientras la OEA está más hundida en el desprestigio.
Recordamos que en aquella ocasión, el 4 de febrero de 1962, más de un millón de cubanos en la capital, en representación de todo el pueblo, aprobaron la Segunda  Declaración de La Habana. Cuba quedó aislada de los gobiernos sometidos al mandato de la OEA y del imperio del Norte, pero no pudo ser aislada de los pueblos.
Los cubanos, en patriótica respuesta, dijimos a una sola voz: Con OEA o sin OEA ganaremos la pelea. Y la ganamos. Y la seguimos ganando. Y la seguiremos ganando. Los aisladores de ayer, son los aislados de hoy. Pero es evidente que el vasallo imperial, además de desmemoriado, parece estar ciego para no ver esa realidad.
En nombre de los derechos humanos y de la democracia – pero sirviendo siempre a los culpables de que en el mundo existan tantos humanos sin derecho y tanta caricatura de democracia- no ha aprendido tampoco la lección cubana de que la dignidad y los principios no son ni negociables, ni discutibles, ni pueden ser burlados por quienes viven al margen de esos conceptos.
¡Qué poco conoce este individuo al gobierno y al pueblo de Cuba!
Pensar que ese maridaje con mercenarios y otros enemigos de la Revolución puede actuar con impunidad en Cuba, es sencillamente eso: desconocer quiénes somos y nuestra capacidad y moral para pulverizar tan groseras intenciones.
Que el actual “Ministro” de Colonias Yanquis y sus socios se cocinen en su propia salsa. Los cubanos seguimos adelante, haciendo más revolución, más socialismo y erigiéndonos, cada día, como un baluarte más invencible de la libertad, la independencia y la soberanía, palabras que alguien pudiera explicar en su contenido a quien y quienes, evidentemente, no las tienen en sus diccionarios.
A decir de buen cubano, el señor Almagro y comparsa se cogieron... el dedo con la puerta...

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