.Orlando Guevara Núñez
¡Gracias, Martí! Por
habernos enseñado que de altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra
vida, y no de pedestal para levantarnos sobre ella. Y por haber cumplido
siempre su compromiso con Doña Leonor de que jamás saldría de usted obra sin
piedad y sin limpieza.
¡Gracias, Martí! Por
habernos inculcado la convicción de que la verdadera libertad es la esclavitud
del deber.
¡Gracias, Martí! Por
enseñarnos que no puede haber igualdad social posible sin igualdad de cultura.
¡Gracias, Maestro!
Por habernos legado, a través de Abdala, el sentimiento patriótico de
que el amor a la Patria no es el amor ridículo a la tierra ni a las hierbas que
pisan nuestras plantas, ¡es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor
eterno a quien la ataca! Y que cuando se muere en brazos de la Patria
agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe, ¡y empieza al fin, con el morir, la vida!
¡Gracias! Por
habernos hecho herederos de La Edad de Oro, donde la historia, la ciencia y el
humanismo se juntan para formar personas de bien desde la niñez a quien usted
calificó como la esperanza del mundo.
¡Gracias, Martí! Por sus Versos Sencillos, donde aprendimos
que la esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo, y que morir en lo
oscuro debe estar reservado solo para los traidores.
¡Gracias! Por su
lección, con vigencia para estos tiempos, sobre que el pueblo es el verdadero jefe de las
revoluciones.
¡Gracias, Martí! Por
haber sido la fuente inspiradora de Fidel para hacer la Revolución que
convirtió en realidad los sueños suyos de libertad, independencia y dignidad
plena del hombre.
En una ocasión, rememorando el brutal crimen contra los ocho estudiantes de Medicina, ocurrido en La
Habana el 27 de noviembre de 1871, concluyó Martí su emotivo discurso con una
exhortación que presagiaba el futuro de
las luchas cubanas por su libertad e independencia: ¡Cantemos hoy, ante la tumba inolvidable, el
himno de la vida!
Hoy aquí, Martí, esta generación sigue entonando el himno de
la vida. Porque si un día hasta aquí
vinieron los moncadistas, convocados por usted para ganar la libertad de la
Patria, hoy un pueblo entero le rinde tributo de trabajo, de lucha, de combate
y de victoria, para que la Patria cubana siga siendo digna de sus ideas, de sus virtudes y de su
grandeza.
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