miércoles, 6 de mayo de 2015

Santiago de Cuba, del combate a la victoria (14)







El 30 de Noviembre de 1956

 

Más allá de una fecha

 .Orlando Guevara Núñez

El Alzamiento Armado de la ciudad de Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956, se inscribe entre los hechos más trascendentes de la historia cubana y especialmente durante la lucha contra la tiranía batistiana, que culminó con el triunfo revolucionario del 1ro.de Enero de 1959.
La valerosa acción de ese amanecer glorioso, no fue un acontecimiento  aislado y hay que ubicarla como parte de un proceso de lucha iniciado años antes por el pueblo cubano, que tuvo su punto cimero en el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el 26 de Julio de 1953.
Su significado histórico, además, no puede medirse por el resultado del hecho en sí mismo, sino por su influencia en el ulterior desarrollo de la gesta libertadora cubana.
El levantamiento insurreccional  de ese día, dirigido por el héroe de la lucha clandestina, Frank País García, fue el primer combate rebelde armado después de la gesta moncadista. Constituyó  la viril respuesta de la juventud santiaguera y del Oriente
Indómito, organizada en el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, al llamado del Moncada, expresado por Fidel en su alegato de autodefensa La Historia me absolverá.
 El 30 de noviembre de 1956 formó parte de la estrategia trazada por el máximo jefe de la Revolución para emprender la guerra revolucionaria de liberación, derrocar al gobierno ilegal de Fulgencio Batista y cambiar el sistema político del país. Así, la fecha se une a la del 2 de diciembre de igual  año- desembarco del yate Granma- como parte de un mismo plan e  iguales objetivos.
Puede afirmarse que la epopeya protagonizada por los combatientes y el pueblo santiaguero esa mañana, tuvo una repercusión inmediata.
Quedó demostrado que los revolucionarios estaban en condiciones de organizarse y de combatir con efectividad frente a las fuerzas del ejército opresor. Y que contaban con el respaldo popular.
La acción fortaleció la personalidad de Frank País como líder indiscutible de la lucha clandestina y de ella surgieron como símbolos los héroes Pepito Tey, Tony Alomà y Otto Parellada, el uniforme verde olivo y los brazaletes rojinegros del 26 de Julio.
La rebeldía santiaguera ganó dimensiones de pueblo.
El Movimiento Revolucionario 26 de Julio contó desde entonces con combatientes más fogueados, audaces y capaces, al tiempo que sus dirigentes clandestinos escalaban un nuevo peldaño en su desarrollo y aptitudes para una lucha que iría más allá del derrocamiento de un gobierno tiránico, para insertarse en los proyectos de las transformaciones sociales, políticas y económicas que reclamaba la nación cubana.
De forma inmediata, el alzamiento se propuso distraer fuerzas enemigas que no pudieran lanzarse contra los expedicionarios del Granma; pero al llegar el yate dos días después, ese factor fue adverso, pues muchos efectivos de la tiranía, procedentes de la capital del país, se encontraban ya en Santiago de Cuba, con un acceso más rápido al escenario del desembarco. Pero en los días que siguieron al arribo de Fidel a la costa oriental, muchos revolucionarios, en un plan organizado por Frank, le prestaron apoyo, salvaron muchas vidas y propiciaron la incorporación del jefe de la Revolución y varios de sus combatientes a la Sierra Maestra, donde proseguirían la guerra revolucionaria.
Desde los primeros momentos, los expedicionarios dirigidos por Fidel tuvieron un apoyo valioso de la jefatura clandestina en Santiago de Cuba, entre ellas el envío de medio centenar de combatientes, armas y otros pertrechos de mucha utilidad para la guerrilla en su etapa de supervivencia, adaptación y en el combate de El Uvero, el 28 de mayo de 1957.
A partir del 30 de noviembre, Fran País se consagró a la tarea de llevar a planos superiores la organización del Movimiento Revolucionario 26de Julio, estructurándolo en secciones de organización, obrera, sabotaje, tesorería y propaganda. Organizó, de igual forma, el trabajo de las milicias, del sector obrero y la lucha cívica en torno a la ayuda decidida a los combatientes de la Sierra Maestra.
El propio Frank País, al referirse al Alzamiento, lo consideró un éxito, no por sus resultados militares en el momento, sino por lo que significó para el posterior desarrollo de la lucha. Ahora, a medio siglo de esa épica jornada, el significado del Levantamiento Armado de Santiago de Cuba se agiganta en el tiempo. Se cuenta entre los hechos que trascienden su fecha.
                                        
                                        

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