Intervención de Gerardo Hernández Nordelo, en el acto por el
aniversario 120 del reinicio de la Guerra de Independencia y de condecoración a
los Cinco Héroes, en el Palacio de Convenciones, el 24 de febrero del 2015,
“Año 57 de la Revolución”
Foto: Jorge Luis González
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Querido compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;
Compañeras y compañeros:
Querido compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;
Compañeras y compañeros:
Honrar a las cubanas y cubanos que un día como hoy, hace 120
años, decidieron retomar las armas para luchar por la independencia de la
patria, es la mejor manera de recibir el Título Honorífico de “Héroe de la
República de Cuba” que generosamente se nos otorga a cinco cubanos de estos
tiempos cuyo mérito no es otro que haber cumplido con nuestro deber.
José Martí, alma de aquel levantamiento nacional del 24 de
febrero de 1895, sentenció que la capacidad para ser héroe se mide por el
respeto que se tributa a quienes lo han sido. Por ello, en un día como
hoy, nuestro primer pensamiento es de gratitud y fidelidad hacia todos los que
a lo largo de la historia, con su sacrificio, han hecho posible que vivamos en
una Cuba socialista, revolucionaria y victoriosa, conscientes de que
corresponde a nuestra generación, y a las que nos siguen, defender la
continuidad de esta obra, los sueños y los ideales de nuestros libertadores.
El primer pensamiento de Los Cinco en este día ha de
ser para un hombre cuyo liderazgo y visión estratégica fueron decisivos en la
batalla que condujo a nuestra liberación, y quien con su ejemplo nos inculcó
siempre el espíritu de lucha, resistencia y sacrificio. Un hombre que nos
enseñó que la palabra rendición no existe en el diccionario de un
revolucionario, y que desde muy temprano aseguró a todos los cubanos que Los
Cinco regresaríamos a la patria. Comandante en Jefe: esta condecoración
que hoy con orgullo recibimos, es también suya (Aplausos).
A nuestro General de Ejército Raúl Castro, quien no descansó
hasta cumplir lo que Fidel había prometido, y a las compañeras y compañeros que
como él llevan ya en sus pechos esta honrosa estrella, y fueron siempre un
ejemplo para Los Cinco, les decimos que esta condecoración es también de
ustedes (Aplausos).
Al pueblo cubano que hizo suya la causa de Los Cinco, y que
aún hoy no deja de alentarnos con sus muestras de apoyo y de cariño; a la
dirección del Partido y del Gobierno de nuestro país; a las organizaciones de
masas, instituciones, abogados, religiosos, personalidades y gobiernos de
otros países que se solidarizaron con nuestra causa: esta condecoración es
también de ustedes (Aplausos).
Agradecemos también a los hermanos de todo el mundo que lucharon
codo a codo durante más de 16 años de batallas legales y políticas, y les
decimos que esta condecoración es también de todos ustedes (Aplausos).
A nuestros familiares, que lucharon, sufrieron y
resistieron con firmeza durante tantos años, y a todas las personas que
merecieron ver este día, y que ya no están entre nosotros: esta condecoración
es también de ustedes (Aplausos).
A los héroes y heroínas sin rostros que nunca podrán recibir
un homenaje público como este, pero que dedicaron, dedican, o dedicarán mañana
sus vidas a la defensa de la patria desde anónimas trincheras: sepan,
dondequiera que estén, que esta condecoración es también de ustedes (Aplausos).
Este honor que recibimos hoy, es a la vez un reto que nos
exige estar a la altura de los nuevos desafíos que enfrenta la
Revolución. No pocas veces, desde nuestro regreso, se nos han acercado
compatriotas para expresarnos que les hubiera gustado tener la oportunidad que
tuvimos Los Cinco de proteger a nuestro pueblo de agresiones. A ellos y a todos
los patriotas cubanos, les decimos que nuestra misión no ha terminado, y que
pueden sumarse.
La actualización de nuestro modelo económico en aras de
lograr un socialismo más eficiente, próspero y sustentable, así como el proceso
de restablecimiento de relaciones con los Estados Unidos, conforman una
coyuntura de cambios que demanda de todos nosotros actuar con inteligencia,
profesionalismo, compromiso y firmeza, para identificar y enfrentar los
nuevos retos y nuevos peligros que se avecinan. Hay y habrá muchas maneras de
defender a Cuba, y Cuba necesitará siempre de hijos leales que velen por ella.
Es por eso que nos alienta saber que en el seno de este pueblo revolucionario
hay muchos “Cinco” dispuestos a sacrificarlo todo por su patria.
Junto a Ramón, René, Fernando y Antonio, recibimos con
orgullo y gratitud este alto honor que la patria nos confiere. Cuente la patria
con estos cinco soldados que hoy, ante todo nuestro pueblo, reafirmamos el
compromiso de servirle hasta el último de nuestros días, y de ser siempre
fieles a las ideas de Martí, del Che, de Fidel, y de Raúl.
¡Muchas gracias! (Aplausos.)
¡Muchas gracias! (Aplausos.)
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