miércoles, 2 de abril de 2014

Pequeña muestra de las grandes mentiras yanquis contra Cuba



Orlando Guevara Núñez

Las grandes  mentiras de los  gobiernos  de los Estados Unidos contra Cuba, en este más de medio siglo de Revolución son, sencillamente, incontables.
Señalaremos solo algunas que en mucho se parecen a las mentiras actuales contra  Venezuela y otros países del mundo.
La Operación Peter Pan. Hubo una campaña mediática de que el gobierno cubano eliminaría  la patria potestad, que los padres perderían ese derecho sobre los niños. Incluso se hizo circular una falsa ley cubana que ejecutaba esa medida. Los medios de comunicación norteamericanos difundieron deliberadamente esa mentira, tratando de desacreditar al gobierno revolucionario. Más de 14 000 niños fueron sacados del país como consecuencia de esa campaña, iniciada en diciembre de 1960, con la complicidad del clero reaccionario dentro y fuera de Cuba. La mentira trató de incitar a la desobediencia civil.
Víspera de la invasión mercenaria de Playa Girón, los medios en los Estados Unidos y emisoras contrarrevolucionarias desde otros países, difundieron la mentira sobre alzamientos internos en Cuba, incluyendo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y de las Milicias Nacionales Revolucionarias.  Los aviones que víspera de la agresión atacaron aeropuertos cubanos con vistas a destruir en tierra los pocos aviones de combate cubanos, portaban insignias de este país. Su desgastada y mendaz  campaña contra “el comunismo” en Cuba no ha dejado de tergiversar la verdad, al tiempo que, en su territorio, amamantan a los grupos contrarrevolucionarios y terroristas que actúan contra nuestro país. ¿Ejemplos? La inclusión de Cuba en la lista de países promotores del terrorismo, la acusación contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, al tiempo que difunden mentiras tergiversando la realidad cubana.
El 7 de marzo de 1962, la Junta de Jefes de Estado Mayor de los Estados Unidos, se planteó  en un documento secreto: “La determinación de que una sublevación interna con posibilidades de éxitos es imposible dentro de los próximos 9 a 10 meses, exige una decisión por parte de los Estados Unidos en el sentido de fabricar una provocación que justifique una acción militar norteamericana positiva”.
Así, dos días después, la Oficina del Secretario de Defensa de ese país, sometió a la consideración de esa Junta el documento Pretextos para justificar la Intervención Militar de los Estados Unidos en Cuba. Como ha sido costumbre, el crimen y la mentira han marchado siempre juntos en la política de agresiones del imperio norteamericano contra nuestro país.
Un simple vistazo a las medidas contenidas en el referido documento, pone al descubierto la realidad de que los vende patrias cubanos son sólo una pieza desechable en la enfermiza guerra del imperio yanqui contra la Revolución cubana.
“Pudiéramos hundir una embarcación llena de cubanos en ruta hacia la Florida (real o simulada)”  “Pudiéramos promover intentos contra las vidas de los refugiados cubanos en los Estados Unidos, incluso hasta el punto de herir a algunos de ellos en casos que serían ampliamente divulgados”.
La demencia iba mucho más allá, con total desprecio a la vida humana. “Es posible crear un incidente que demuestre de manera convincente que un avión cubano atacó y derribó a un avión civil arrendado que volaba de los Estados Unidos a Jamaica, Guatemala, Panamá o Venezuela”. “Los pasajeros pudieran ser un grupo de estudiantes universitarios o cualquier otro grupo de personas con intereses comunes como para arrendar un vuelo”.
La infamia y la criminalidad sobrepasaban los límites y retrataban al imperio norteamericano en toda su dimensión terrorista. Por acabar con la Revolución cubana, los más atroces procedimientos tomaban categoría de política de Estado en el gobierno de los Estados Unidos.
“Pudiéramos desarrollar una campaña terrorista cubano-comunista en el área de Miami, en otras ciudades de la Florida y en Washington. La campaña de terror podría estar encaminada contra los refugiados cubanos que buscan asilo en los Estados Unidos”.
En shows preparados por grupúsculos mercenarios, con pruebas de ser financiados  por USA, se ha hablado de represión que nunca ha existido. Tal es el caso de las llamadas Damas de Blanco, cuya génesis mercenaria se conoce bien  por el pueblo cubano.
 En muchos casos de llamados “disidentes” (en realidad comprobable delincuentes comunes) la prensa de los Estados Unidos los ha presentado como “líderes” o “luchadores anticastristas”, tomando esos casos como pretexto para acusar a Cuba de falta de democracia y violación de los derechos humanos, propósito en el que, en algunos casos, ha tenido la complicidad de países de la Unión Europea. Con la fabricación  mediática de esos líderes, se ha mentido a la opinión pública, tratando de hacer creer que en Cuba hay una gran oposición antigubernamental.
 Una prueba  de su forma de mentir es  el contenido del cable firmado por el jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, Jonathan Farrar, con fecha 15 de abril de 2009, documento revelado por Wikileaks, donde ellos mismos desdicen lo que públicamente  informan:
 “Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no trabajan bien en equipo”.
 “Tengan o no las organizaciones de oposición agendas capaces de atraer la atención de una amplia gama de intereses en la isla, es preciso que empiecen por lograr cierto grado de unidad de objetivos como oposición o al menos que dejen de gastar tanta energía en serrucharse el piso los unos a los otros”.
 “Pese a sus afirmaciones de que representan a “miles de cubanos”, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo, al menos desde nuestra óptica, limitada, en la Habana”.
 “Cuando cuestionamos a los líderes disidentes sobre sus programas, no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores claves”.
 “Si bien la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos”
 Una mentira permanente contra Cuba es la relacionada con el bloqueo económico, comercial y financiero, refrendado  por el presidente Kennedy desde el 3 de febrero de 1962, mantenido y recrudecido hasta hay. Falsamente le llaman “embargo” a lo que es, en realidad, una guerra comercial. Mienten, además, alegando que Estados Unidos es un socio comercial de Cuba, al permitirle hacer algunas compras en ese país. Lo que no dicen es que ese tipo de relaciones viola las elementales normas del comercio internacional. Cuba, por ejemplo, tiene que abonar por adelantado lo que compra, puede comprar solo lo autorizado, no puede obtener  créditos, ni puede vender nada a los Estados Unidos.
Mientras que EU es quien obstaculiza la salida legal de los cubanos que han solicitado emigrar a ese país, alienta la emigración ilegal, poniendo en peligro la vida de quienes solicitan ese permiso, al tiempo que la criminal Ley de Ajuste Cubano, distorsiona la esencia de la emigración, actuando como argumento político, utilizado de forma distorsionada por el poder mediático.
Una de las más notorias distorsiones mediáticas contra Cuba, ha sido la falsedad del proceso seguido a los cinco cubanos condenados en EU aún a costa de violar su propia Constitución. Pagos millonarios a medios de comunicación y a periodistas para desinformar y tergiversar la realidad, están sobradamente comprobados. Se mintió y se sigue mintiendo al pueblo de los Estados Unidos y a la opinión pública internacional sobre este proceso, en el cual  los Cinco fueron condenados injustamente, en virtud de cargos fabricados y  carentes de las más elementales pruebas.
En conclusión, la política de los Estados Unidos contra Cuba, desde el mismo 1ro. de enero de 1959, ha utilizado, junto a las agresiones, las amenazas y el crimen, las más burdas mentiras. Suman miles las denuncias que Cuba, aquí y en disímiles tribunas internacionales, ha desbaratado esas patrañas.
Esa misma política, aquí fracasada, es la que Estados Unidos aplica contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y contra cualquier gobierno en el mundo que decida ponerse al  lado de su pueblo para  luchar por su libertad  e independencia.  La mentira, siempre la mentira.
Se necesitarían muchos tomos para recoger detalles sobre esa política degradada del gobierno imperialista de los Estados Unidos contra Cuba. Degradada y derrotada aquí, podríamos añadir, pero que no renuncia a sumar otras víctimas, en cualquier región, a sus monstruosas aspiraciones de dominio imperial.


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