martes, 20 de mayo de 2025

 

20 de mayo de 1902

 

 

Cuba, ¿República independiente

o neocolonia de Estados Unidos?

 

 

.Orlando Guevara Núñez

 

Antes de 1959, en Cuba se celebraba el 20 de mayo como día de la independencia nacional. Se nos decía en las escuelas que ese día había nacido la República independiente, que había cesado el dominio español y desde entonces teníamos la más plena libertad. Todo eso, se agregaba, gracias a la “generosa ayuda” del gobierno de los Estados Unidos, a quien debíamos  eterno agradecimiento.

Nuestra historia había sido totalmente falseada, en interés de los gobiernos de turno y de sus amos imperiales. La cruda verdad es que el 20 de mayo de 1902 Cuba dejó de ser colonia de España para convertirse en neocolonia de los Estados Unidos de América.

En 1898, después de 30 años de heroica lucha, el Ejército Libertador Cubano tenía virtualmente derrotado al ejército colonial español. Ya España no podía sostener la guerra desde el punto de vista militar, ni económico, ni político. La moral colonial se había desplomado ante el empuje del independentismo.

Fue ése el momento aprovechado por el gobierno de los Estados Unidos, tomando como pretexto la explosión del vapor El Maine, para satisfacer sus viejos deseos de intervenir en Cuba y materializar sus sueños de anexión. Sólo con el apoyo del Ejército Libertador Cubano (Mambì) pudieron lograr el objetivo de desembarcar y vencer en los postreros combates al ejército colonial. Esa, la llamada guerra hispano-cubano-norteamericana, sería calificada por el líder del proletariado mundial, Vladimir Ilich  Lenin, como la primera guerra imperialista en la historia de la humanidad.

Pero terminada la contienda bélica, ¿Fue Cuba verdaderamente libre? ¿Fue altruista o infame el gesto del gobierno de los Estados Unidos?

Una breve ojeada histórica demuestra todo lo contrario a lo que nos enseñaban en las escuelas, con pocas excepciones de educadores patriotas que se esforzaban por enseñar la verdad.

El 10 de diciembre del mismo 1898, tuvo lugar el Tratado de Paris, que ponía fin oficialmente al colonialismo español en Cuba. La primera gran injusticia y ofensa a la dignidad de los cubanos, fue su exclusión de esa negociación. Estados Unidos negoció una libertad que no había ganado y España “renunció”  a un derecho que había  ya perdido frente a los cubanos.

Estados Unidos no estaba dispuesto a desarrollar una guerra armada contra el ejército revolucionario cubano que había derrotado a una potencia colonial después de tres décadas de cruentas luchas. Y preparó las condiciones para apropiarse de Cuba por una vía menos costosa en la cual debía ganar, además, el crédito de libertador.

Concluida la guerra, el ejército norteamericano mantuvo su ocupación y en sus manos y las del gobierno de ese país quedaban maniatadas la libertad y la independencia del pueblo cubano.

El 16 de junio de 1900, por la Orden Militar 164, norteamericana, se celebran las primeras  elecciones de alcaldes, concejales, tesoreros, jueces municipales y correccionales. La llamada democracia norteamericana ponía de relieve su verdadera esencia. Podían votar sólo los hombres mayores de 21 años, no podían hacerlo las mujeres, había que saber leer y escribir, tener un capital de no menos de 250 pesos o haber servido en el Ejército Libertador, sin  “notas desfavorables” en su expediente.

Por esas y otras restricciones impuestas, sólo el 14 por ciento de la población con edad para hacerlo ejerció el voto. No obstante, los resultados no fueron los esperados para la potencia imperial.

Iguales elecciones tuvieron lugar en junio de 190l. Pero con mayores limitaciones a las que se sumaron medidas coercitivas y fraudes para garantizar una mayoría de votos a favor de los candidatos que representaran los intereses yanquis.

Otra Orden Militar, esta vez la 91, rigió las reglas de esas elecciones. Los electores sólo podían elegir al 60 por ciento de los concejales. Se rechazaba la inscripción de personas con derecho a hacerlo. Se ocultaron las listas de electores a los votantes para que éstos no pudieran verificar si sus nombres figuraban en ellas. Se cambiaban nombres, lo que invalidaba luego el voto. Se utilizaron coacciones, se instrumentaron rejuegos en las mesas electorales y se negó el voto a los participantes en las gestas independentistas contra España. De esa “lección democrática” aprendieron luego los sucesivos gobiernos cubanos amamantados por los Estados Unidos de América.

Al llegar las elecciones presidenciales de 1901, los atropellos a la nación cubana fueron mucho más allá. Tres candidatos hubo inicialmente para esos comicios. El Generalísimo Máximo Gómez Báez, héroe de las gestas independentistas cubanas, al ver los rejuegos que dominarían ese proceso, renunció a su candidatura. Igual lo hizo otro patriota, el Mayor General Bartolomé Masò, quien se opuso a acatar los designios norteamericanos para esas elecciones.

Siendo así, un solo aspirante quedó para las votaciones: Tomás Estrada Palma, quien había sucedido a José Martì como Delegado del Partido Revolucionario Cubano y para su aspirantura debió renunciar a la ciudadanía norteamericana, que poseía desde 26 años atrás. Este hombre, que había traicionado el ideal y la causa martiana y era incondicional al gobierno yanqui, accedía de esa forma al poder, en unas elecciones donde votó apenas el 7 por ciento de los cubanos con edad para hacerlo.

Pero eso no bastaba a los intereses norteamericanos en Cuba. Se necesitaba algo más seguro, más eficaz. Y surgió de esa forma la Enmienda Platt.

El 28 de febrero de 1901, el senador norteamericano Orville H. Platt, propuso una enmienda a la Ley de Gastos del Ejército, la cual, una vez aprobada por su país, debía anexarse a la Constitución cubana que regiría la nueva República. O aceptación de esa enmienda o se mantendría a Cuba bajo la ocupación militar. Esa fue la disyuntiva.

Fue una enmienda que ataba a Cuba en lo militar, lo político y lo económico, al designio de los Estados Unidos.

Uno de sus artículos, separó a Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud) de la jurisdicción cubana, afrenta que se mantuvo hasta 1925. Otro atribuía a Estados Unidos el derecho a las intervenciones militares en nuestro país, bajo el falso pretexto de conservar la independencia, mantener un gobierno adecuado, proteger vidas, propiedades y la libertad.

Cuba estaba obligada también al arrendamiento de servicios a Estados Unidos para que éste pudiera mantener la independencia y proteger la defensa de la Isla. De ese engendro nació la Base Naval de Guantánamo, que aún se mantiene contra la voluntad del pueblo cubano y es utilizada como centro internacional de torturas y crímenes por el gobierno norteamericano, pese a las reiteradas denuncias hechas en los más altos organismos internacionales.

Cuba, además, quedaba impedida de establecer tratados o convenios con otro poder,  y  a  adquirir deudas públicas que no fueran con el gobierno imperial.

El propio Tomás Estrada Palma, disolvió el Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martì para hacer la Revolución y dirigir luego los destinos de la nación cubana. El Ejército Libertador había sido disuelto. ¿Cuál independencia y cuál libertad, quedaba a los cubanos cuando el 20 de mayo de 1902 fue proclamada la República?  Después de 30 largos años de lucha, ¿República independiente o neocolonia  norteamericana?

El mismísimo gobernador militar estadounidense en Cuba durante la ocupación, Leonard Wood, dejó claros los resultados y las proyecciones a raíz de la aplicación de la Enmienda Platt. “Por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es la anexión (…) Es bien evidente que está absolutamente en nuestras manos (…) Con el control, que sin duda pronto se convertirá en posesión, en breve prácticamente controlaremos el comercio de azúcar en el mundo (…) La Isla se norteamericanizarà gradualmente y a su debido tiempo contaremos con una de las más ricas y deseables posesiones que haya en el mundo”.

 

La verdadera independencia, libertad, soberanía y libre autodeterminación, tendría que esperar 60 años más luego de la intervención yanqui, hasta que el primero de enero de 1959 fue proclamado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el triunfo de la Revolución cubana.

En esa verdad histórica, reside el odio visceral de los gobiernos norteamericanos y los reaccionarios de origen cubano a nuestro proceso revolucionario. Por eso, para esa jauría de lobos, el 20 de mayo continúa siendo una “fecha patriótica” utilizada para reverdecer su rabia y sus histéricos aullidos contra Cuba. 

martes, 6 de mayo de 2025

 

Martí sobre las elecciones en los Estados Unidos

 

.Orlando Guevara Núñez

Bien de cerca presenció nuestro Martí los procesos eleccionarios presidenciales en los Estados Unidos. Y dedicó varios espacios periodísticos a su análisis.

En uno de estos artículos, expresó: “Es recia, y nauseabunda una campaña presidencial en los Estados Unidos. Desde mayo, antes de que cada partido elija sus candidatos, la contienda empieza. Los políticos de oficio, puestos a echar los sucesos por donde más les aprovechen, no buscan para candidatos a la presidencia aquel hombre ilustre cuya virtud sea de premiar o de cuyos talentos pueda haber bien el país, sino el que por su maña o fortuna o condiciones especiales pueda, aunque esté maculado, asegurar más votos al partido, y más influjo en la administración a los que contribuyen a nombrarlo y sacarle victorioso¨.

Y prosiguió su análisis:”Una vez nombrados en las convenciones los candidatos, el cieno sube hasta los arzones de las sillas. Las barbas blancas de los diarios olvidan el pudor de la vejez. Se vuelcan cubas de lodo sobre las cabezas.  Se miente y exagera a sabiendas. Se dan tajos en el vientre y por la espalda. Se creen legítimas todas las infamias. Todo golpe es bueno, con tal  que  aturda al enemigo. El que inventa una villanía eficaz, se pavonea orgulloso. Se juzgan dispensados, aún los hombres eminentes, de los deberes más triviales del honor. No concibe nuestra hidalguía latina tal desborde.  Todavía asoman, detrás de cada frase, las culatas de aquellas pistolas con que años atrás, y aún hoy de vez en cuando, se argumentaba acá en los diarios en épocas de elecciones. Es un hábito brutal que curará el tiempo. En vano se leen con ansia en esos meses, los periódicos de opiniones más opuestas. Un observador de buena fe no sabe cómo analizar una batalla en que todos creen lícito campear de mala fe. De plano niega un diario lo que de plano afirma el otro. De propósito cercena cada uno cuanto honre al candidato adversario. Desconocen en esos días el placer de honrar¨.

(…)  Se ve aturdir, escamotear, comprar, falsear el voto¨.

 

 

jueves, 1 de mayo de 2025

 

¡Toda la razón para el Che y Taquechel!

 

.Orlando Guevara Núñez

 

“Esta es nuestra Revolución, es la Revolución de todos, y este Primero de Mayo será nada más que el inicio de todos los primeros de mayo que se sucederán, en los cuales las fuerzas armadas del Ejército y las fuerzas armadas del pueblo desfilarán codo a codo, como ha sido hoy por primera vez en la historia de la Patria cubana”.

Así lo afirmó El Guerrillero Heroico, comandante Ernesto Guevara de la Serrna,  el 1ro. de mayo de 1959, al hablar en el acto por esta efeméride celebrado en Santiago de Cuba.

“Lo primero que salta desde mi profunda fe revolucionaria,- dijo- la primera afirmación que tenemos que decir con todo convencimiento esta tarde es: ¡Qué fuertes somos! ¡Qué fuertes somos!, compañeros, porque hoy, por primera vez en Cuba y quizás en América, el pueblo entero organizado ha desfilado con sus fuerzas armadas, y los fusiles de las fuerzas armadas eran también los fusiles de los estudiantes, los fusiles de los obreros, los fusiles de los campesinos”.

Razón tuvo también el líder obrero y comunista santiaguero, Juan Taquechel   López, orador en ese acto, cuando afirmó: “Aquí estamos reunidos con los trabajadores, los campesinos y estudiantes, significando esto que marcharemos unidos en futuras luchas. Hemos marchado  por las calles con el Ejército Rebelde y las compañías armadas, en un acto de unidad. La Revolución es un golpe profundo que ha tocado a los grandes intereses y contra esos intereses hay que estar alertas”.

Este 1ro. de mayo de 2025 – pasados 66 años-  confirmó en toda Cuba las palabras del  Che y de Taquechel.  No hemos dejado de marchar juntos, seguimos siendo fuertes y  alertas y con el pie  en el estribo frente a quienes no cesan en su empeño de destruir nuestra Revolución.