sábado, 30 de septiembre de 2017

A los aullidos de lobos, oponemos nuestros himnos de combate y de victoria



 .Orlando Guevara Núñez

Cada medida que adopta el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en política exterior, le busca nuevos oponentes dentro de su propio país, incluso entre algunos de sus funcionarios.
Rayan  con lo absurdo, las recientes medidas de reducir a la mitad la cifra de diplomáticos norteamericanos en su embajada en Cuba, detener el proceso de visado en esta sede hacia Estados Unidos y la mendaz campaña de que los norteamericanos no viajen a nuestro país, por el peligro de que sea agredida su salud en las instalaciones hoteleras cubanas.
Esta comprobado que el gobierno de los Estados Unidos, en su política agresiva, cuando no tiene argumentos los fabrica. No importa la ridiculez de los argumentos inventados. Su maquinaria mediática se encargará de tratar de hacerlos creíbles.
Otros lobos hacen coro a esos aullidos, como es el caso del farsante Marco Rubio, quien se ha forjado una leyenda de que sus padres salieron de Cuba huyendo del comunismo, cuando en realidad emigraron mucho antes de que triunfara la Revolución.
Los cubanos tenemos el honor de que este personaje ni siquiera haya nacido en la tierra de Martí y de Fidel.
Está comprobado que el pueblo de los Estados Unidos, incluyendo a los emigrados cubanos, rechaza el bloqueo a Cuba y está de acuerdo con mejorar las relaciones entre ese gobierno y el cubano. Pero Marco Rubio se opone, llegando incluso a pedir a Trump que expulse a todo el personal diplomático cubano en ese país. ¿Será acaso que lo hace con la intención de buscar nuevos enemigos a Trump y serrucharle el camino para sustituirlo en el poder? Entre lobos no es de extrañar las mordidas.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, advirtió la inconveniencia de que el gobierno de los Estados Unidos adoptara medidas precipitadas  tomando como argumento las infundadas acusaciones contra Cuba.
Cuba ha demostrado su vocación y su ética para cuidar la salud no solo de su pueblo, sino de  otros muchos pueblos del mundo. Y hasta de sus propios enemigos. Peros los patrones éticos y morales del presidente de los Estados Unidos y de sus cómplices son diametralmente opuestos. Son capaces, incluso, de sacrificar a sus propios ciudadanos  en aras de obtener pretexto para avasallar a otros.
Cuba seguirá defendiendo sus derechos soberanos. Hay que lamentar el retroceso en las relaciones entre Estados Unidos y nuestro país. Pero hemos demostrado  nuestra capacidad no sólo de resistir las agresiones de una decena de gobiernos yanquis, sino también de vencerlas.
Así será en esta nueva ocasión.A los aullidos feroces, seguiremos oponiendo siempre nuestros himnos de combate y de victoria.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Elecciones cubanas: Paso al mérito, la capacidad y la disposición en beneficio del pueblo.







 .Orlando Guevara Núñez

Cuando el presidente de la Comisión Electoral de mi circunscripción se dirigió a los asistentes a la asamblea de nominación de candidatos a Delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, no tenía la más mínima idea de quién o quiénes serían los propuestos.
Su intervención estuvo centrada en explicar aspectos esenciales de la Ley Electoral, puntualizando la responsabilidad del pueblo en la nominación primero y elección después, de aquellas personas que por sus méritos, capacidad y disposición podían representarlo en el municipio.
Luego de las aclaraciones, se dio paso a las propuestas. Una electora propuso a un joven del área. Se trataba de un joven obrero de la Aduana. Vecino del área, como es requisito. Fueron expuestas sus cualidades, su disposición. No ha sido nunca delegado.
Otras intervenciones sobre el joven. No hubo otras propuestas, pese a la insistencia del presidente de la Comisión Electoral. Sometida a consideración de los presentes, por el voto unánime, fue elegido el joven inicialmente propuesto.
En otras asambleas de mi circunscripción habrá otras propuestas. Pueden ser hasta ocho y un mínimo de dos. Cuando ese proceso concluya, las biografías de los nominados serán expuestas al público. Todos podremos leerlas, analizarlas y, con los elementos aportados, decidir, mediante el voto directo y secreto, el próximo 26 de noviembre, quién será nuestro Delegado, es decir, nuestro representante en la Asamblea Municipal del Poder Popular. Caso de ser necesaria una segunda vuelta, tendría lugar una semana después, el 3 de diciembre.
Conocemos nuestra responsabilidad en esa elección, pues todos los electos por las masas se constituirán como el máximo órgano de poder estatal en el municipio y elegirán al Presidente y Vicepresidente en ese nivel. Además, el 50 por ciento de los Diputados a la Asamblea Nacional, tienen que ser Delegados electos en sus circunscripciones.
Así es nuestra democracia. Sin campañas a favor o en contra de ningún candidato. Elecciones donde el aval de los candidatos son sus méritos, su capacidad y disposición para luchar por los intereses del pueblo.

martes, 26 de septiembre de 2017

Comités de Defensa de la Revolución: 57 años y ¡siguen en combate!





 .Orlando Guevara Núñez


Después de su brillante discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26 de septiembre de 1960, una  imponente concentración de pueblo esperó al Comandante en Jefe Fidel Castro frente al entonces Palacio Presidencial. Era el 28 de septiembre, fecha que se grabaría de forma instantánea en la historia de la Revolución cubana.
En medio del discurso del jefe revolucionario, se escuchó la explosión de un petardo. Nadie se inmutó ante la acción terrorista, una de las muchas que en esos días ejecutaba la contrarrevolución amamantada por la Agencia Central de Inteligencia y el gobierno de los Estados Unidos. La multitud comenzó a pedir ¡paredón!  para   los criminales, coreó las consignas de ¡Venceremos! , ¡Viva Cuba! , ¡Viva la Revolución!  Y con fervor patriótico entonó las notas del Himno Nacional cubano.
Fidel, seguro de la procedencia de la explosión, expresó de inmediato: “Ese petardito ya todo el mundo sabe quién lo pagó, son los petarditos del imperialismo.  (…)  mañana le irán a cobrar a su señoría y le dirán, le dirán: "Fíjate bien, fíjate bien, en el mismo momento en que estaban hablando del imperialismo sonó el petardo"
Y prosiguió su discurso. “Pero, ¡qué ingenuos son!  Si cuando tiraban bombas de 500 libras y hasta de 1 000 libras que decían "Made in USA” no pudieron hacer nada, ni cuando tiraban bombas de cientos de libras de napalm, pudieron tampoco hacer nada; y a pesar de sus aviones, sus cañones y sus bombas, los casquitos se tuvieron que rendir  y no pudieron tomar la Sierra Maestra, ni pudieron librarse de los cercos, ¿cómo van a avanzar ahora detrás de los petarditos?  Son los gajes de la impotencia y de la cobardía.  ¡Cómo van a venir a impresionar al pueblo con petarditos, si el pueblo está aquí en plan de resistir, no ya los petarditos,  el pueblo está en plan de resistir lo que tiren o lo que caiga, aunque sean bombas atómicas, señores! 
La respuesta fue viril y contundente, con el único lenguaje que tiene eficacia ante los agresores: “¡Qué ingenuos son!  ¡Si por cada petardito que pagan los imperialistas nosotros construimos quinientas casas!  ¡Por cada petardito que puedan poner en un año, nosotros hacemos tres veces más cooperativas!   ¡Por cada petardito que paguen los imperialistas, nosotros nacionalizamos un central azucarero yanki!  ¡Por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros nacionalizamos un banco yanki!  ¡Por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros refinamos cientos de miles de barriles de petróleo!   ¡Por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros construimos una fábrica para dar empleo a nuestro país!  ¡Por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros creamos cien escuelas en nuestros campos!  ¡Por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros convertimos un cuartel en una escuela!,  ¡Por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros hacemos una ley revolucionaria!  ¡Y por cada petardito que pagan los imperialistas, nosotros armamos, por lo menos, mil milicianos! 
De las ideas de Fidel  y el apoyo del pueblo, se fue fraguando una organización que nacería en el fragor del combate.
“Estos ingenuos parece que de verdad se han creído eso de que vienen los "marines"  y que ya esta el café colado aquí.  Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva, ¡vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva!   Y vamos a ver cómo se pueden mover aquí los lacayos del imperialismo, porque, en definitiva, nosotros vivimos en toda la ciudad, no hay un edificio de apartamentos de la ciudad, ni hay cuadra, ni hay manzana, ni hay barrio, que no esté ampliamente representado aquí.
“Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, qué hace el que vive en la manzana y qué relaciones tuvo con la tiranía; y a qué se dedica; con quién se junta; en qué actividades anda.  Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo, ¡tremendo chasco se van a llevar!, porque les implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana  para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe, y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayo de los imperialistas, ni vendido a los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que pueda moverse”. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo, y no saben todavía la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo, advirtió entonces el Comandante en Jefe.
A poco de reiniciarse el discurso de Fidel sobre el tema de la ONU, se escuchó una segunda explosión. De nuevo el grito enardecido pidiendo paredón para los terroristas, coreando la consigna de ¡Venceremos!  y agregando, a las notas del Himno Nacional, las del 26 de Julio. Fidel, maestro de la ironía aún en los momentos más difíciles, no perdió la ocasión para ejercerla: ¡Déjenlas, déjenlas que suenen, que con eso están entrenando al pueblo en toda clase de ruidos!   (…)  ¡Y gracias por los dos petarditos, porque nos han valido de mucho con respecto a lo que estábamos explicando!   ¡Y gracias porque ha servido para probar el temple que tiene nuestro pueblo, para probar el valor que tiene nuestro pueblo, porque ni una mujer se ha movido de su puesto!  ¡ningún  hombre se ha movido de su puesto, ni se moverá de su puesto ante ningún peligro, ante ningún ataque!   ¡Cada uno de nosotros somos soldados de la patria, no nos pertenecemos a nosotros mismos, pertenecemos a la patria!  ¡No importa, no importa que cualquiera de nosotros caiga, lo que importa es que esa bandera se mantenga en alto, que la idea siga adelante!, ¡que la patria viva!
Mientras el Comandante en Jefe hablaba en La Habana, esa misma noche, el pueblo comenzó a movilizarse en todo el país para hacer realidad sus palabras, para organizarse en las cuadras. Acababa de nacer esa grandiosa organización que todavía hoy sigue, con razón, siendo odiada por el imperio y sus cómplices. Así, en medio del fragor del combate, nacieron los Comités de Defensa de la Revolución que este 28 de septiembre, después de 57 años, agrupan a más de ocho millones de cubanos.
Ninguna tarea de la defensa, de la producción, de los servicios, ni del desarrollo social, ha tenido que esperar por el concurso de nuestros Comités de Defensa. Ellos están integrados por el pueblo que luego de más de medio siglo sigue en pie, indoblegable, inclaudicable, fiel a los principios del patriotismo, del internacionalismo y del socialismo que continúa construyendo y defendiendo el pueblo cubano.

domingo, 24 de septiembre de 2017

¡Los perros siguen ladrándole a la Luna!


Orlando Guevara Núñez

Este 26 de septiembre se cumplen 57  años del discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el cual denunció la política agresiva del gobierno de los Estados contra Cuba, la explotación imperialista y del sistema colonial, defendió el derecho de los pueblos a su libertad e independencia, a la paz y el desarrollo, y fijó con toda claridad la política interna y exterior de la Revolución cubana.
En fecha tan temprana para el proceso revolucionario cubano, Fidel, al analizar los acontecimientos internacionales de esos tiempos, las maniobras imperiales contra Cuba y la actuación de la ONU ante éstos, afirmó que (...) "Nuestro pueblo que ha aprendido en esta escuela de los últimos acontecimientos internacionales, sabe que a última hora, cuando su derecho ha sido negado, cuando sobre él se enciman las fuerzas agresivas, le queda el recurso supremo y el recurso heroico de resistir, cuando su derecho no sea garantizado ni en la OEA ni en la ONU".
Ante las amenazas abiertamente expresadas por el gobierno yanqui, Fidel habló como pocos mandatarios lo habían hecho hasta entonces en ese escenario. El propio Keneddy, entonces candidato a la presidencia de los Estados Unidos, quien aprobó luego la invasión mercenaria de Playa Girón, había afirmado: "Debemos usar toda la fuerza de la OEA para impedir que Castro interfiera con otros gobiernos latinoamericanos, y devolver la libertad a Cuba." "Debemos dejar sentada nuestra intención de no permitir que la Unión Soviética convierta a Cuba en su base en el Caribe, y aplicar la doctrina de Monroe." "Debemos hacer que el Primer Ministro Castro comprenda que nos proponemos defender nuestro derecho a la Base Naval de Guantánamo." "Y debemos hacer saber al pueblo cubano que simpatizamos con sus aspiraciones económicas legítima" "que conocemos su amor por la libertad, y que nunca estaremos contentos hasta que la democracia vuelva a Cuba"
Cada uno de esas afirmaciones fue replicada por el Comandante en Jefe con breves, concisas y valientes palabras. "Por nuestra parte, con todo respeto, debemos decirle que los problemas del mundo no se resuelven amenazando ni sembrando miedo; y que nuestro humilde y pequeño pueblo, ¡qué le vamos a hacer!... Estamos ahí, mal que le pese, y la Revolución seguirá adelante, mal que le pese: y que, además, nuestro humilde y pequeño pueblo tiene que resignarse a su suerte, y que no siente ningún miedo por sus amenazas de uso de armas atómicas.
En el tema de la lucha por la paz, luego de fustigar la política guerrerista y el desastre causado por las guerras a la humanidad, Fidel una precisión que puso al desnudo la verdadera razón de las agresiones imperiales y guerras de rapiña: "Para qué darle más vuelta a la cuestión. Este es el quid de la cosa, incluso, el quid de la paz y de la guerra, el quid de la carrera armamentista o del desarme. Las guerras, desde el principio de la humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas. ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra! ¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso!"Mientras ese paso no se da, mientras esa etapa no se alcanza, el mundo tiene que vivir constantemente bajo la pesadilla de verse envuelto en cualquier crisis, en una conflagración atómica. ¿Por qué? Porque hay quienes están interesados en mantener el despojo, hay quienes están interesados en mantener la explotación".
Con claridad meridiana, denunció a los monopolios como los verdaderos enemigos del desarme "porque además de que con las armas defienden a esos intereses, la carrera armamentista siempre ha sido un gran negocio para los monopolios". Como los cuervos, afirmó, los monopolios se nutren de los cadáveres que nos traen las guerras. Al explicar la posición de la Revolución cubana, el jefe revolucionario no dejó lugar a las dudas ni falsas interpretaciones. Habló con entera claridad y evocó los principios proclamados por la Asamblea General del Pueblo de Cuba, con la presencia de más de un millón de cubanos, el 2 de septiembre de ese propio año, acontecimiento conocido como Primera Declaración de La Habana. En pleno ejercicio de su soberanía, allí fue aprobado, explicó Fidel:"El derecho de los campesinos a la tierra; el derecho del obrero al fruto de su trabajo; el derecho de los niños a la educación; el derecho de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; el derecho de los jóvenes al trabajo; el derecho de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica; el derecho de los negros y los indios a la 'dignidad plena del hombre'; el derecho de la mujer a la igualdad civil, social y política; el derecho del anciano a una vejez segura; el derecho de los intelectuales, artistas y científicos a luchar, con sus obras, por un mundo mejor; el derecho de los Estados a la nacionalización de los monopolios imperialistas, rescatando así las riquezas y recursos nacionales; el derecho de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo; el derecho de las naciones a su plena soberanía, el derecho de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas, y armar a sus obreros" --porque en esto nosotros tenemos que ser armamentistas, en armar a nuestro pueblo para defendernos de los ataques imperialistas--, "campesinos, estudiantes, intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados, para que defiendan, por sí mismos, sus derechos y sus destinos."
Al concluir su discurso, Fidel expresó al plenario de las Naciones Unidas: "Algunos querían conocer cuál era la línea del Gobierno Revolucionario de Cuba. Pues bien, ¡esta es nuestra línea!"Al regreso de ONU, se produjo en La Habana, el 28 de septiembre de 1960, en histórica concentración de pueblo presidida por Fidel, la creación de los Comités de Defensa de la Revolución.
¿Conocerá el actual mandatario yanqui esta historia? Al recordar aquellos hechos y haber escuchado los recientes ladridos  de Donald Trump en la ONU contra Cuba, cualquiera puede pensar: ¡Los mismos perros con… los mismos collares! O también: ¡Los perros siguen ladrándole a la Luna!